En María está nuestro destino. 22 de Mayo: Mes de María

Asunción de Nuestra Señora
22 de mayo: Mes de María
Texto bíblico
«Mira, te mostraré la novia, la esposa del Cordero». Y me llevó en Espíritu a un monte grande y elevado, y me mostró la ciudad santa de Jerusalén que descendía del cielo, de parte de Dios, y tenía la gloria de Dios; su resplandor era semejante a una piedra muy preciosa, como piedra de jaspe cristalino” (Apc 21, 9-11).
Meditación: María Asunta al cielo
La fe del pueblo de Dios creyó desde el principio que María, la Madre de Jesús, una vez terminado su curso terreno, no permaneció en el sepulcro ni conoció la corrupción de su cuerpo, sino que fue elevado al cielo en cuerpo y alma por los ángeles. Los apóstoles sintieron una fuerza especial que les llamaba a ir Jerusalén y, rodeada de todos ellos, la Virgen se durmió en el Señor, fue enterrada en el Valle de Josafat, y se extendió por todo el valle un olor a rosas y el canto celeste. A los cuatro días dejó de escucharse la música y cesó el olor perfumado, y comprobaron que el cuerpo de María ya no estaba en el sepulcro, sino que fue elevado junto al de Jesucristo.
Advocación: La dormición de María
En el Oriente se venera el icono de la Dormición de María, en el que se representa cómo su propio Hijo la envuelve en los lienzos y la lleva consigo al cielo. El dogma define que María está en cuerpo y alma en el cielo. San Juan Pablo II afirmó: “La experiencia de la muerte enriqueció a la Virgen: habiendo pasado por el destino común a todos los hombres, es capaz de ejercer con más eficacia su maternidad espiritual con respecto a quienes llegan a la hora suprema de la vida” (Audiencia 25 de junio 1997).
Oración
Dios nuestro, que mirando la humildad de la Virgen María le diste la gracia de ser la Madre de tu Hijo Único, y hoy la has coronado de gloria celestial; concédenos, por sus ruegos, que quienes fuimos salvados por el misterio de tu redención, merezcamos alcanzar tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Propuesta
En María está nuestro destino.