3 de agosto: XVIII Domingo del Tiempo Ordinario
Texto bíblico
“¿Qué saca el hombre de todos los afanes con que se afana bajo el sol? Hay quien trabaja con sabiduría, ciencia y acierto, y tiene que dejarle su porción a uno que no ha trabajado. También esto es vanidad y grave dolencia. Entonces, ¿qué saca el hombre de todos los trabajos y preocupaciones que lo fatigan bajo el sol? De día su tarea es sufrir y penar; de noche no descansa su mente. También esto es vanidad” (Ecl 1, 3. 2, 21-23).
Reflexión
Al comenzar el mes de agosto, tiempo especialmente asociado a las vacaciones en el hemisferio norte, la Palabra de Dios en la liturgia dominical nos alerta sobre aquello que no aprovecha, como el afán desmedido por conseguir bienes, que finalmente heredarán quienes no se han esforzado.
Jesús nos advierte: «Mirad: guardaos de toda clase de codicia, porque, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes». Y propone una parábola con la que insiste: «¡Necio! Esta misma noche te van a reclamar el alma, ¿y de quién será lo que has preparado?». Así sucede con quien atesora para sí, y no es rico ante Dios (Lc 12, 15. 20-21).
A primera vista, el discurso evangélico podría parecer poco pedagógico para un tiempo de descanso. Sin embargo, no es bueno vivir derrochando de manera insolidaria, como advierte Jesús: «Me diré a mí mismo: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente» (Lc 12, 19).
Propuesta
Goza del merecido descanso, pero sin perder el sentido trascendente de la vida.