Déjate acompañar por María la madre de Jesús 14 de mayo: Mes de María
“La mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios para ser allí alimentada 1.260 días” (Apc 12, 5-6).
La travesía del desierto cuenta con el acompañamiento de Dios, en razón de su promesa de venir Él mismo con nosotros, Dios también ha querido dejarnos la compañía entrañable de la mujer bendita, que dio a luz al Salvador del mundo. María, liberada por gracia de todo pecado, ha quedado como abogada nuestra mientras dure la travesía, que la humanidad debe realizar por el desierto de la historia. Los mil doscientos sesenta días que durará la estancia de la mujer en el desierto simbolizan un largo tramo de tiempo, todo el que persista, según el proyecto de Dios, la representación de este mundo.
La soledad puede ser anchísima; en ella se recrea el amor y se dilata la persona en relaciones íntimas. Pero la soledad puede arañar el corazón y dejarlo herido, al menos resentido, si obedece al egoísmo personal. La presencia de la Mujer del Apocalipsis en el desierto es la mejor compañera y paradigma para la estancia y travesía del itinerario de la existencia, el desierto de la vida. En la experiencia de soledad, cuando arrecia el combate y el acoso del Malo, como describe el vidente del Apocalipsis que le sucedió a la mujer a punto de dar a luz, se agradece la mano tendida que libera de caer víctima del dragón.
“Oh Dios, que en este tiempo otorgas con bondad a tu Iglesia imitar devotamente a santa María en la contemplación de la pasión de Cristo concédenos, por la intercesión de la Virgen, adherirnos cada día más firmemente a tu Hijo unigénito y llegar finalmente a la plenitud de su gracia. Él, que vive y reina contigo.
Déjate acompañar por María la madre de Jesús
