Haz siempre el bien y no mires a quien 28 de septiembre: XXVI Domingo del Tiempo Ordinario

28 de septiembre: XXVI Domingo del Tiempo Ordinario
28 de septiembre: XXVI Domingo del Tiempo Ordinario

28 de septiembre, xxvi domingo del tiempo ordinario 

Texto bíblico 

Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada día. Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico. Sucedió que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán. Murió también el rico y fue enterrado. Y, estando en el infierno, levantó los ojos y vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritando, dijo: “Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo. Pero Abrahán le dijo: “Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso ahora él es aquí consolado, mientras que tú eres atormentado. “Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni aunque resucite un muerto”». (Lc 16, 19-31) 

Comentario 

El Evangelio de san Lucas muestra una especial sensibilidad hacia los desfavorecidos. Las parábolas que pone en labios de Jesús ofrecen ejemplos en los que los pobres, los enfermos, los pequeños y los pecadores reciben una acogida particular, mientras que los orgullosos, engreídos, ricos y poderosos son denunciados. En otro pasaje del Evangelio, María proclama: el Señor “dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes; a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos” (Lc 1, 51-53). 

Si observamos el texto que hoy se proclama, podemos advertir el motivo por el que Lázaro es llevado al seno de Abraham y el rico es castigado: “Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males; por eso ahora él es aquí consolado, mientras que tú eres atormentado”. No se dice que el pobre haya trascendido su situación. 

Estamos llamados a compartir y a ser sensibles a las necesidades de nuestro entorno. Es la enseñanza de Jesús: “En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis” (Mt 25, 40). 

Propuesta 

Haz siempre el bien y no mires a quien

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