La Iglesia: santa prostituta. ¿Qué haría Jesús si volviera hoy? "Somos su Iglesia, de ladrones, zaqueos, pablos fariseos fanáticos... pero somos suyos"

"Somos su Iglesia, de ladrones, zaqueos, pablos fariseos fanáticos... pero somos suyos"
"Somos su Iglesia, de ladrones, zaqueos, pablos fariseos fanáticos... pero somos suyos"

Jesús caminando por las calles de Roma con una pizza en la mano preguntándose de dónde habrán sacado tanto mármol para tanta Iglesia y qué raro le queda el uniforme a los muchachos de la Guarda Suiza….

Santos raros, santos maravillosos y apasionados, clero profesional, cristianos apasionados y anónimos, guerras santas y hogueras y censuras, la difusión y el apoyo a la cultura, la defensa de los pobres, las alianzas con los ricos, los curas y obispos que se parten por su pueblo, los curas y obispos que se aprovechan y abusan de su pueblo…

Jesús entraría en el Vaticano y se sentaría con el Papa y con el guarda y con la monja y con el chino de la cámara y con el pobre de la esquina y con esos que te venden rosarios, y así repartiría su pizza y sus palabras

Porque su Iglesia no son sus templos de mármol. La Iglesia es la gente con corazón, a veces herido y deforme, pero al fin, corazón. Y el Corazón es indestructible.

 Una pregunta clásica: ¿Qué pasaría si Jesús viniese de nuevo al mundo y visitase nuestras Iglesias?

Un joven de 30 años con el pelo oscuro y ondulado, una mirada profunda, una sonrisa indescriptible, vestido informalmente, sin vestiduras ni sotanas, con una capacidad infinita de acercarse a los demás y de provocar la sorpresa y el escándalo a partes iguales por sus palabras y sus obras. Jesús caminando por las calles de Roma con una pizza en la mano preguntándose de dónde habrán sacado tanto mármol para tanta Iglesia y qué raro le queda el uniforme a los muchachos de la Guarda Suiza….

Sentado en la escaleras de la Plaza de Bernini repasando la historia de una ciudad tan saqueada  donde la Iglesia estableció el símbolo visible de su poder temporal. Y así iría recordando con su capacidad infinita de memoria, que lleva vaqueros pero es la segunda persona de la Santísima trinidad, no os olvidéis, iría repasando todas las luces y sombras de su querida Iglesia en estos 21 siglos: discusiones, enfrentamientos, mártires, alianzas con el poder, su ingente producción artística, evangelización, santos raros, santos maravillosos y apasionados, clero profesional, cristianos apasionados y anónimos, guerras santas y hogueras y censuras, la difusión y el apoyo a la cultura, la defensa de los pobres, las alianzas con los ricos, los curas y obispos que se parten por su pueblo, los curas y obispos que se aprovechan y abusan de su pueblo…

Michael Moore: "Deconstruir y reconstruir el Templo en tiempos de COVID"
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Iglesia santa y pecadora, ¿qué hará Jesús cuando te vea con ese historial?

Iglesias vacías y oscuras, sermones imposibles, miedo, liturgias de teatro del siglo de oro, documentos infumables, movimientos de culto a su fundador, canonizaciones exprés a base de talonario, médiums, apariciones a tutiplén y mensajes de su muy sencilla Madre ahora parlanchina teóloga, curas y monjas amargados y obispos en la luna, manipulaciones de las mentes, culpa, miedo, dinero, excomuniones y divisiones religiosas...

Pero también curas y monjas y obispos en sus parroquias y en sus ciudades manteniendo la fe y la esperanza de la gente, cristianos valientes que viven su fe en un entorno hostil, millones de voluntarios de Cáritas u otras organizaciones que ayudan a los pobres, gente que comparte lo qué es a pesar de sus errores, manifestaciones religiosas tan bellas como un cuadro de Sor Isabel Guerra, esas procesiones de España, Andalucía, castilla, que te tocan el alma, religiosas de clausura que son felices en su provocativa vida, misioneros que se quedan cuando todos se van, papas que defienden la vida de los débiles, que viajan sin descanso, que buscan profundizar en la fe y en el pensamiento y saben apartarse, papas que visitan a la gente y salen al encuentro del mundo herido…

A muchos les gustaría que Jesús dejase la pizza en el suelo y agarrase un látigo y en un revival de la expulsión de los mercaderes del templo entrase como un ciclón y echase a todos los que no actúan, no actuamos, correctamente. Como un nuevo Sansón empujaría las columnas de la plaza de Bernini  y todo a tomar… viento.  ¡Ladrones, pecadores, traidores, vended vuestras riquezas de un plomazo y todos a buscar a trabajo!

Pero no.

Porque somos su Iglesia, de ladrones, zaqueos, pablos fariseos fanáticos, pecadoras ligeritas de cascos, pedro traidores, apóstoles miedosos y cobardes.  Pero somos suyos. En nuestro barro se incrusta su gracia y su Luz que llevamos como un tesoro en vasijas de barro. El no apagará nuestra llamita débil de fe, no romperá nuestra plantita rota de esperanza. El mirará al muchacho soldado disfrazado de la plaza de Bernini, y verá su corazón y sus anhelos. Por encima de hábitos o ropajes o posiciones él verá el corazón de cada uno, la viejita que cuida la iglesia vacía de pueblo, la familia que aún sigue yendo a misa el domingo, el obispo que a ver cómo sostiene el seminario y se enfrenta a los errores de curas del pasado, el papa que camina entre esa cosa que da un poco de miedito que se llama Curia y tal, un tipo que vino de Argentina y se inventa las palabras y sabe abrazar. No habrá látigo para nadie; lo siento por los odiadores profesionales de la Iglesia, tanto los de dentro como los de fuera.

Jesús sigue viviendo cada día disfrazado de pan y vino. Pan sencillo, pan roto pan de miga, pan para comer y hacerse uno con nuestro barro y nuestras mierdas. No pan luminoso y esférico como una luna brillante con efectos especiales. Pan, sólo pan.  Y vino. Y quiere hacerse uno con sus buenos ladrones que somos todos los que andamos por aquí. Eso es la misa al fin y al cabo: los amigos de Jesús que se reúnen a recordar su vida y compartir el Pan y Vino.

Si Jesús volviera hoy

Somos ladrillos deformes que forman una catedral muy parecida a la de Justo Gallego en Mejorada del Campo. Se mantiene en pie por puro milagro de Dios. Pero es maravillosamente bella e imperfecta. La Iglesia. Una familia de la que yo particularmente me siento orgulloso: porque pide perdón y eso es de grandes. Porque ayuda de manera silenciosa. Porque no se calla. Tenemos que purificarnos, es verdad, pero en ese camino Dios no nos condena sino que nos ayuda a volver a La Iglesia de Galilea, cuando se sentaban en la barca y comían peces alrededor del fuego mirando a Jesús como un faro en la noche..

Jesús entraría en el Vaticano y se sentaría con el Papa y con el guarda y con la monja y con el chino de la cámara y con el pobre de la esquina y con esos que te venden rosarios, y así repartiría su pizza y sus palabras. Pizza sin piña, evidentemente. Porque su Iglesia no son sus templos de mármol. La Iglesia es la gente con corazón, a veces herido y deforme, pero al fin, corazón. Y el Corazón es indestructible.

GRACIAS POR VUESTRA ACOGIDA A MI LIBRO: La vecina de Jesús". ¡YA VAMOS A POR LA TERCERA EDICIÓN!

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