(Peio Sánchez).-Esta sencilla historia que coloca en el papel del buen samaritano a una madre y su familia, confirma que hay un tipo de público fiel a estas películas marcadas por el crecimiento en la bondad de las personas, la posibilidad del cambio y la superación, el impulso transformador de la experiencia cristiana y la vigencia de la familia en medio de fuertes transformaciones sociales.
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