"Lo importante es ocupar el espacio informativo y alimentar su voracidad mediática" ¿Apunta Ayuso  a un próximo cónclave como Papisa?

He de confesar que escribo estas letras para divertirme, ya que la vacuidad de la presidenta Ayuso es de carcajada gigante. Mis respetos a todas las madrileñas y madrileños que la han aupado a la presidencia de Madrid. En este terreno no tengo nada que decir.

Ciertamente, todos tenemos derecho a decir lo que nos venga en gana, pero acusar por “reconocer (muy en abstracto) los errores de la Iglesia en la conquista de América” no es -ni por aproximación- reproducir lo que ha dicho el Papa.

He de confesar que escribo estas letras para divertirme, ya que la vacuidad de la presidenta Ayuso es de carcajada gigante. Mis respetos a todas las madrileñas y madrileños que la han aupado a la presidencia de Madrid. En este terreno no tengo nada que decir. Sin embargo, aviso para navegantes, parece que la Comunidad de Madrid se le queda pequeña. Y, desde luego para la Moncloa, de momento tiene a Casado por delante. La impresión es que se ha ido a hacer las Américas, y aprovechando la ocasión, ha apuntado bien alto, ni más ni menos que al Papa. Parece que le aburren los corredores de su palacete en Madrid, y le encantarían los largos e interminables pasillos de los Palacios Apostólicos. Y todo ese vetusto y rancio protocolo. ¡Qué bien se encontraría allí!

En ningún caso, censuro las palabras de la Presidenta. ¡Viva la libertad de expresión! Lo que me divierte es que, cada vez que le ponen una alcachofa delante opine y hable en un tono entre chulesco y pueril de todos los temas posibles e imaginables, como si su palabra fuera última y definitiva. Parece infalible. Evidentemente la pregunta sobre el Papa, aunque no lo nombre explícitamente, la ha provocado su entorno y su respuesta, es lo peor, está bien pensada por su “sombra" para buscar el protagonismo a costa de lo que sea. Lo importante es ocupar el espacio informativo y alimentar su voracidad mediática.

Ayuso

Como decía alguien, lo importante es que hablen de uno, aunque sea para mal. Y, encima hace unas horas el portavoz del gobierno de Madrid, “Enrique Ossorio,  insiste en obviedades de manera ignorante: "El Papa no está hablando como cabeza de la Iglesia con su infalibilidad en temas teológicos y éticos. Ahí simplemente está hablando de historia, y hay mucha gente que sabe de historia”. Es tal la memez y la perogrullada que se pone en evidencia él mismo. La “infalibilidad” es una carta que hace mucho tiempo que los Papas no han utilizado de manera explícita. En el caso de la opinión de la presidenta Ayuso, lo primero seria enviarla a la escuela para que aprenda a leer y después aprenda historia. 

Como es natural, y con ocasión de un encuentro en el que se trataba del “Indigenismo” Francisco no ha caído en la trampa de repetir ante los medios los “pecados” que sólo se confiesan ante Dios y en los sacramentos. Dicho sea de paso, Juan Pablo II y Benedicto XVI hablaron de estas cuestiones con más contundencia que el Papa Francisco, como nos ha recordado Bastante en un artículo en este digital.

El Papa Francisco lo único que pedía era aprender de nuestro pasado y reconocer los errores cometidos: en concreto “las acciones u omisiones que no contribuyeron a la evangelización”. Dicho de modo más claro: para “fortalecer las raíces es preciso hacer una relectura del pasado, teniendo en cuenta tanto las luces como las sombras”.  Y aún lo dice con mayor claridad al invitar a realizar “un proceso de purificación de la memoria”.

Ayuso

 Si eso lleva a estos políticos (a la presidenta Ayuso y sus corifeos y a uno de Vox) a verse sorprendidos de que “se hable español con un legado como el nuestro, que fue llevar precisamente el español y, a través de las misiones, el catolicismo y por tanto la civilización y la libertad…

Es verdad que el Papa no necesita ningún tipo de “defensa”, pues tiene una enorme capacidad para soportar cualquier infundio de quien o no estudió historia de Latinoamérica o se dejó manipular por tantas leyendas e intereses políticos partidistas. Y menos por políticos de tercera clase.

Ciertamente, todos tenemos derecho a decir lo que nos venga en gana, pero acusar por “reconocer (muy en abstracto) los errores de la Iglesia en la conquista de América” no es -ni por aproximación- reproducir lo que ha dicho el Papa.

Es más: pienso que el Papa está convencido de que nuestro reconocimiento de los errores pasados es la mejor “salida” para que no volvamos a caer en ellos. Porque, de verdad, un “legado como el nuestro fue llevar… el español y, a través de las misiones, el catolicismo y por tanto la civilización y la libertad…” 

Finalmente, y vuelvo a la diversión, esta campaña apunta a lo mejor a un futuro Cónclave. Alguien tiene que haberle susurrado alguna leyenda a la presidenta, y desde su atrevimiento podría tentar la suerte romana. Why not? Pero que no se olvide que también ella, probablemente cuando termine su mandato, tendrá que pedir perdón por sus errores y equivocaciones, ya que perfecta no es. Ni lo fue la presencia española en Latinoamérica.

Ayuso

Primero, Religión Digital
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