“Chistus vivit”. Un “emoticono” eclesial con muchos “likes”?

Carlos Acutis decía: “todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias”. 

Una vez publicada la exhortación apostólica “Christus vivit” del Papa Francisco, la impresión es que ya ocupa un lugar, junto a otras, en la biblioteca de muchas parroquias, esperando el paso del tiempo. Ahí queda silenciosa. Tampoco los medios de comunicación le han hecho mucho caso, ya que no hay ninguna polémica que la envuelva. Sin duda, muchos obispos, sacerdotes y laicos la leerán y la estudiarán, pero: ¿cuántos jóvenes? Y, no olvidemos que va dirigida a todo el pueblo de Dios, pero prioritariamente a los jóvenes.

Es muy larga, me decían muchos, y la gente joven, está acostumbrada a mensajes cada vez más cortos y abreviados. La Iglesia, si quiere decirles algo, tiene que pasar por el mensaje corto, bien pensado y significativo para ellos, o usar el lenguaje multimedia, ya que les resulta más familiar. Se pierden con tanta letra, y tantas páginas. Sin embargo es una lástima, ya que junto a páginas, que podrían estar en otros contextos, y así aligeraríamos el texto, se encuentran reflexiones muy importantes y decisivas. Por eso vale la pena repescarla para estudiarla con detenimiento.

En este texto me referiré únicamente a un aspecto particular, que el Sínodo ha tratado especialmente: el tema del “ambiente digital”. 

El punto de partida es esta reflexión del Papa Francisco en la “Laudato si”: “El ambiente digital caracteriza el mundo contemporáneo…Ya no se trata solamente de “usar” instrumentos de comunicación, sino de vivir en una cultura ampliamente digitalizada…Una manera de acercarse a la realidad que suele privilegiar la imagen respecto a la escucha y a la lectura”.  Es insoslayable esta constatación. Nuestra cultura, antes de la “digitalización” masiva, estaba marcada por la escucha y la lectura, ahora por los “emoticonos”, por los “wasaps”, los “likes”, y tantos otros elementos del día a día que se nos escapan. Los grandes mandatarios, ahora, deslizan sus grandes mensajes a través de la redes sociales. Y, se suele decir, que no existes si no tienes “tweeter”, “instagramm”…Por eso sería erróneo “demonizar” ese mundo distinto y diferente, en el que cabalgamos diversas generaciones. 

El Papa refiriéndose, de nuevo en la “Laudato si” a este apasionante mundo de la  web y las redes sociales, nos dice: “son una plaza en la que los jóvenes pasan mucho tiempo y se encuentran fácilmente, aunque el acceso no es igual para todos, en particular en algunas regiones del mundo. En cualquier caso, constituyen una extraordinaria oportunidad de diálogo, encuentro e intercambio entre personas, así como de acceso a la información y al conocimiento. Por otro lado, el entorno digital es un contexto de participación sociopolítica y de ciudadanía activa, y puede facilitar la circulación de información independiente capaz de tutelar eficazmente a las personas más vulnerables poniendo de manifiesto las violaciones de sus derechos. En numerosos países, web y redes sociales representan un lugar irrenunciable para llegar a los jóvenes e implicarlos, incluso en iniciativas y actividades pastorales”. Estas son las oportunidades de la digitalización. Un lugar de encuentro, por supuesto desigual, como nuestro mundo, ya que las oportunidades de acceso no son las mismas en todas las partes del planeta. Una plataforma de acceso a la información independiente y al conocimiento. Un espacio de participación política y ciudadanía activa. Y en lo que respecta a la Iglesia, un cauce para iniciativas pastorales.

Junto a estas reflexiones, en positivo, algunas advertencias muy importantes. La realidad digital en cuanto humana, “está atravesada por límites y carencias”. Se nos recuerda que “no es sano confundir la comunicación con el mero contacto virtual”. Y, de nuevo, desde la “Laudato si”, el Papa nos recuerda que: ”el ambiente digital también es un territorio de soledad, manipulación, explotación y violencia…Los medios de comunicación digitales pueden exponer al riesgo de dependencia, de aislamiento y de progresiva pérdida de contacto con la realidad concreta, obstaculizando el desarrollo de relaciones interpersonales auténticas” 

Tampoco podemos olvidar que: “en el mundo digital están en juego ingentes intereses económicos, capaces de realizar formas de control tan sutiles como invasivas, creando mecanismos de manipulación de las conciencias y del proceso democrático. El funcionamiento de muchas plataformas a menudo acaba por favorecer el encuentro entre personas que piensan del mismo modo, obstaculizando la confrontación entre las diferencias. Estos circuitos cerrados facilitan la difusión de informaciones y noticias falsas, fomentando prejuicios y odios. La proliferación de las fake news es expresión de una cultura que ha perdido el sentido de la verdad y somete los hechos a intereses particulares. La reputación de las personas está en peligro mediante juicios sumarios en línea. El fenómeno afecta también a la Iglesia y a sus pastores”. De nuevo, la “Laudato si” nos ha recordado los peligros y las tentaciones que se esconden detrás de ese mundo digital, aparentemente aséptico. 

La exhortación “Christus vivit” nos recuerda que en un documento que prepararon 300 jóvenes de todo el mundo antes del Sínodo, indicaron que “las relaciones online pueden volverse inhumanas. Los espacios digitales nos ciegan a la vulnerabilidad del otro y obstaculizan la reflexión personal… La tecnología usada de esta forma, crea una realidad paralela ilusoria que ignora la dignidad humana”. La realidad virtual y la digitalización nos invitan a todos, pero particularmente a los más jóvenes a “interactuar con un mundo real y virtual…como en un continente global desconocido…Pero esto requiere que logren pasar del contacto virtual a una buena y sana comunicación”. 

La conclusión positiva nos la ofrece el Papa Francisco de la mano de un caso particular, muy singular. El Papa hace referencia directa a Carlos Acutis. Un adolescente que ofreció su enfermedad por la Iglesia y que utilizó su pasión por la informática para evangelizar y difundir el amor a la Eucaristía. El Pontífice  ha declarado Venerable a Carlos Acutis.

Carlos Acutis desarrolló desde pequeño su talento por la informática y fue considerado un genio por los adultos que lo conocían. Así, unió su afición por la informática con su celo evangelizador, y creó exposiciones virtuales sobre temas de fe. Una de las más destacadas la realizó cuando tenía 14 años de edad y trata sobre los milagros eucarísticos en todo el mundo. Cuando descubrió que tenía leucemia, Acutis ofreció sus sufrimientos por el Papa y la Iglesia Católica. Murió el 12 de octubre de 2006 con 15 años de edad.

Dice, el Papa Francisco: “es verdad que el mundo digital puede ponerte ante el riesgo del ensimismamiento, del aislamiento o del placer vacío. Pero no olvides que hay jóvenes que también en estos ámbitos son creativos y a veces geniales. Es lo que hacía el joven venerable Carlos Acutis. Y añade: “Él sabía muy bien que esos mecanismos de la comunicación, de la publicidad y de las redes sociales pueden ser utilizados para volvernos seres adormecidos, dependientes del consumo y de las novedades que podemos comprar, obsesionados por el tiempo libre, encerrados en la negatividad. Pero él fue capaz de usar las nuevas técnicas de comunicación para transmitir el Evangelio, para comunicar valores y belleza. Y nos cuenta la exhortación papal que Carlos Acutis decía: “todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias”. 

Una lectura pausada de la exhortación papal “Chistus vivit” en otras áreas puede situar a nuestros jóvenes en nuevos territorios y nuevas perspectivas. No desaprovechemos la oportunidad.

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