En Gaza se malvive y se malmuere

Una niña herida en un bombardeo, en un hospital del sur de Gaza
Una niña herida en un bombardeo, en un hospital del sur de Gaza EFE

Desde hace muchos años, es cierto, Gaza está en caída libre por culpa del bloqueo israelí. En Gaza se malvive y se malmuere diariamente. A pesar de todo, el pueblo palestino, tan humillado y machacado, no ha perdido su dignidad, ni la esperanza, pero los campos de refugiados son inevitablemente focos de violencia y terrorismo.

¿Cómo es posible que un pueblo (hebreo) que ha sufrido tanto a la largo de su historia permita que se le inflinga tanto sufrimiento durante décadas a otro pueblo (palestino)? ¿La víctima se ha convertido en verdugo? ¿El ataque de Hamás es absolutamente condenable sin paliativos, pero no se ha derramado ya demasiada sangre inocente? ¿Es defensa propia o intereses políticos de alguien para permanecer en el poder y redimirse del ridículo ante su población por el descenso en las encuestas? ¡Qué alguien pare al gobierno de Israel! Este genocidio lamentablemente puede ser semilla de terroristas.

Los acontecimientos de estas semanas en Gaza nos recuerdan, una vez más, que en Oriente Medio siempre hay algo que al común de mortales nos cuesta entender.  Tanta violencia, tanta brutalidad -ya muy añeja- y cuya solución aparece a veces como un espejismo, y luego se esfuma en una cotidianidad corrosiva. La sangre vertida por ambos lados, lamentablemente solo busca venganza. Sin olvidar los múltiples intereses políticos y económicos regionales de muchos actores internos y externos, a los que favorece o desfavorece. DÍgase de la ahora truncada firma del acuerdo entre Arabia Saudí e Israel, apadrinado por los Estados Unidos. En resumen, la prolongación de un conflicto inacabable, que genera mucho sufrimiento injusto, también interesa a algunos.

El furibundo ataque del ejército de Israel obedece directamente al bárbaro y condenable ataque de Hamás. Hamás, no puede estar continuamente provocando al poderío militar judío, sabiendo que compromete la vida de muchos seres inocentes. En el campo militar es absolutamente irreal hacer frente a un ejército bien preparado técnicamente sabiendo  que no tiene ningún inconveniente en cumplir su objetivo caiga quien caiga. Es una guerra absolutamente asimétrica.

¿Cuál es el mensaje de Hamás al mundo? Ante el continuo fracaso de las conversaciones palestino israelíes, y el injusto acoso a Gaza y Cisjordania, la única vía es la “autoinmolación”, para poner de relieve la crueldad de Israel y el heroísmo del pueblo palestino. Y, al final, presentar este balance de horror y muerte como una victoria. El intento de desprestigiar a Israel, dada la esperada reacción desproporcionada, es letal para el pueblo palestino, ya que la “victimización” no es simbólica, sino real. Ése no es el camino. ¿Qué ocultos intereses les llevan a estos señores de la guerra a continuar por ese sendero de sangre y fuego? 

También la esperada y desproporcionada invasión de Gaza por parte del ejército israelí es injustificable, ya que por su peculiar topografía conllevará la muerte innecesaria de muchos civiles. Los campos de refugiados son calles estrechas, auténticos laberintos y ratoneras para los soldados hebreos, que optarán tácticamente salvaguardar sus vidas por la destrucción masiva ante cualquier ataque. Nadie estará a salvo. Es lo que está aconteciendo. Los muertos ya se cuentan por miles. Y lo que está ocurriendo allí nadie lo sabrá a ciencia cierta, ya que no hay ni luz ni taquígrafos. El odio y la venganza son los directores de esta operación militar. Israel no puede -de manera tan desmedida- continuar esa escalada, aunque hay que reconocer que a Israel nunca le ha parado la presión internacional, ni las resoluciones de las Naciones Unidas.

Desde hace muchos años, es cierto, Gaza está en caída libre por culpa del bloqueo israelí. En Gaza se malvive y se malmuere diariamente. A pesar de todo, el pueblo palestino, tan humillado y machacado, no ha perdido su dignidad, ni la esperanza, pero los campos de refugiados son inevitablemente focos de violencia y terrorismo.

El objetivo de la operación militar de Israel es aislar a Hamás para que desaparezca… Pero más de dos millones de seres humanos están pagando un precio muy alto.  La cuestión estriba, para los estrategas del gobierno israelí, en definir cuál es el nivel de presión para que el problema humanitario no se escape de las manos, ni tampoco el problema de los rehenes y evaluar la hartura mediática. En Ucrania continúa la guerra, pero ya ha pasado a un segundo plano. También eso pasará en este conflicto, y así actuarán con mayor opacidad.

De momento  la población de Gaza está llegando al límite. Egipto se está encontrando de repente ante una situación muy delicada: no puede asumir la represión indiscriminada y violenta de una población herida, hambrienta, sedienta y harta hasta la saciedad de todo, por eso tiene que abrir su frontera para aliviar el dolor, si no Gaza, está condenada a la muerte y la destrucción.

En cualquier caso, el cese el fuego es necesario para “humanizar” la irracionalidad de la ofensiva bélica, es decir, ocuparse de los muertos y heridos. Gaza no puede ser la capital mundial del sufrimiento como consecuencia de una guerra. ¿Cómo es posible que un pueblo que ha sufrido tanto a la largo de su historia permita que se le inflinga tanto sufrimiento durante décadas a otro pueblo? ¿La víctima se ha convertido en verdugo? ¿El ataque de Hamás es absolutamente condenable sin paliativos, pero no se ha derramado ya demasiada sangre inocente? ¿Es defensa propia o intereses políticos de alguien para permanecer en el poder y redimirse del ridículo ante su población por el descenso en las encuestas? ¡Qué alguien pare al gobierno de Israel! Este genocidio lamentablemente puede ser semilla de terroristas. 

Me gustaría terminar con una nota de esperanza. Un fragmento de  una carta de  Václav Havel, a su esposa desde la cárcel porque podría reflejar el ánimo del pueblo palestino. “Reflexionando desde aquí sobre qué es importante en la vida, cada vez me inclino más a pensar que lo esencial es no perder la esperanza ni la fe en la vida…Esto no significa cerrar los ojos ante los horrores del mundo sino todo lo contrario: sólo quien no ha perdido la fe ni la esperanza puede verlo todo con claridad”. 

A pesar de estar en el siglo XXI parece que igualamos las peores etapas de la Humanidad en cuanto al desprecio por la vida del ser humano. Esto no es aceptable. Alto el fuego y liberación de los rehenes ya. Los seres humanos no pueden convertirse ni en moneda de cambio, ni en mercancía a incinerar.

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