La pederastia: crisis no resuelta de la Iglesia Española
Recientemente nos hemos enterado horrorizados de los casos de abusos en la Diócesis alemana de Passau. Unos 770 niños desde 1945 a 2022, alrededor de 154 sacerdotes están acusados, un 5,4% de ese período. Incluso para más inri en un 38 % de los casos los datos revelan una colaboración de los padres de esos niños. Horrible. También en Estados Unidos siguen emergiendo casos y casos. Y aquí en nuestro país los obispos marean la perdiz, pero al parecer no afrontan a fondo la cuestión hasta el punto que recientemente el Gobierno les ha amenazado con tomar medidas, sino resuelven este tema. Esta reacción del ejecutivo está en relación directa con las recientes declaraciones de Argüello.
Ciertamente, La Iglesia Católica, se encuentra en estos momentos confrontada a varias crisis, algunas de ellas externas y otras internas. La Iglesia ha conocido a lo largo de su historia muchas situaciones complicadas, dando prueba de una fuerte resistencia.Ni las persecuciones, ni las invasiones bárbaras, ni los Papas indignos, ni los cismas, ni los asaltos de la modernidad han podido con ella. Ante esto se ha invocado siempre las últimas palabras del Evangelio de Mateo : “Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos” (Mt 28,20b). Efectivamente, pero su presencia presupone la sabiduría y el buen hacer de la Iglesia en cada período de la historia, nunca sustituye la razón humana. De ahí también los desastres, llámese Inquisición u otros; pero es cierto que a pesar de todo ha prevalecido a lo largo de los siglos.
Sin embargo, hay una crisis que no termina de cerrarse e incomoda a los jerarcas y al mundo eclesiástico en general y que resulta inquietante, ya que no viene de fuera, sino de dentro. La crisis no surge de una confrontación con un elemento nuevo y desconocido, como en su momento la Modernidad o la Revolución Francesa o el Comunismo ateo, una guerra civil o el nacionalcatolicismo, sino que esta en el seno mismo de la Institución. Los abusos, agresiones sexuales, agresiones a religiosas…todo está nace desde el interior de la Iglesia. A lo que se ha añadido muchas veces la disimulación de esta crímenes y delitos. El ejemplo de Alemania de Estados Unidos, Francia, Chile, Irlanda son patentes. y en nuestro país el reciente caso del obispo Zornoza. La impresión es que aquí se mira claramente hacia otro lado. Este tema de la pederastia y sus derivados no está amortizado, y se le quiere dar el carpetazo. Tampoco hay claridad y transparencia.
Esta es una crisis peligrosa, ya que aleja a muchos cristianos de la Iglesia, creando recelo y desconfianza. Cada día que pasa y se mantiene en el oscurantismo genera malestar en la comunidad cristiana. Sin entrar en identidades personales es necesario luz y taquígrafos, para informar qué está haciendo realmente la Iglesia, hasta el punto que el Gobierno amenace con intervenir. El mantra de la presunción de inocencia no significa que se paralicen los procesos, se resuelvan y se informe: ¿Cuantos se han resuelto y cuantos están en proceso de resolverse? ¿Y porqué se han cambiado continuamente las estadísticas? Nadie duda que son procesos complejos y muy sensibles, pero esta en juego la vida de muchas personas que no esperan sólo un resarcimiento económico, sino también y sobre todo un reconocimiento y un perdón por parte de la Institución con mayúscula.
¿No hay obispos sensibles a esta cuestión, aunque no tengan casos en sus Diócesis? ¿No hay nadie que diga basta ya de darle vueltas a las cosas? Recientemente el Partido Socialista se ha visto salpicado por comportamientos impropios de su ideología feminista, aunque en algún caso han tardado, se ha apresurado a tomar medidas, ya que se juegan muchos votos. La Iglesia no está en la carrera de unas elecciones, pero si en la adhesiones críticas de muchos cristianos que se han sentido traicionados por la Jerarquía Eclesiástica. El reciente optimismo económico no es un cheque en blanco, que avala el comportamiento excesivamente oscurantista de la CEE en muchos temas, entre ellos la pederastia.