Un año más renovamos nuestra “navidad”, nuestro nacimiento en tu Espíritu La Navidad reaviva el Amor primero (Domingo 4º Adviento A 18.12.2022)

La Navidad nos incita a tu misma tarea: vivir el Amor gratuito

Comentario: “gracia y paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo” (Rm 1,1-7)

La segunda lectura es la presentación y el saludo de Pablo en su Carta a los Romanos. Última carta auténtica de Pablo (1Tes; Gál; 1Cor; 2Cor; Flp; Fil; Rm). Escrita sobre el año 58. Resume el pensamiento de Pablo sobre la salvación ofrecida en Cristo.

Pablo se presenta como “siervo de Cristo Jesús, apóstol, escogido para el Evangelio”:

- Siervode Cristo Jesús”:no sustituto, vicario u otro Cristo. Textos paulinos aclaran el significado: “si siguiera todavía agradando a los hombres, no sería siervo de Cristo” (Gál 1,10); “obedeced... como esclavos de Cristo que hacen, de corazón, lo que Dios quiere” (Ef 6,5s); “uno que sirve al Señor no debe pelearse, sino ser amable..., hábil para enseñar, sufrido, capaz de corregir con dulzura..., por si Dios les concede la conversión que lleva al conocimiento de la verdad y vuelven en sí, escapando del lazo del diablo, que los tiene cautivos, para hacer su voluntad” (2Tim 2, 24-26). Aquí hay un vestigio de que Pablo no conoció al Jesús histórico, de los  evangelios. Su Jesús es el “Hijo de Dios”, realidad de ámbito divino, trascendente, como el Dios del A. Testamento. La relación de Jesús con sus discípulos supera la relación de “Señor-siervo”: “Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer” (Jn 15,15). Jesús es el Dios humanizado, hermano y amigo; no quiere siervos, sino hermanos.

- “Llamado a ser apóstol (“enviado”), como otros que proclaman el Evangelio y fundan comunidades: “Saludad a Andrónico y a Junia, mis parientes y compañeros de prisión, que son ilustres entre los apóstoles y además llegaron a Cristo antes que yo”(Rm 16,7). Son matrimonio proclamador del Evangelio y cofundador de alguna comunidad. “Si para otros no soy apóstol, para vosotros sí lo soy; pues el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor... ¿Acaso no tenemos derecho a llevar con nosotros una mujer hermana en la fe, como los demás apóstoles y los hermanos del Señor y Cefas?” (1Cor 9,2-5).

- Escogido para el Evangelio de Dios. Cree en el Dios que “elige” para ser testigo y anunciador de su “evangelio”. Y añade un credo primitivo judeocristiano: “el evangelio de Dios que habíaprometido por sus profetas en las Escrituras Santas y se refiere a su Hijo, nacido de la estirpe de David según la carne, constituido Hijo de Dios en poder según el Espíritu de santidad por la resurrección de entre los muertos: Jesucristo nuestro Señor” (vv. 2-4). La palabra “evangelio” aparece en Pablo unas setenta veces. Más que en el resto del Nuevo Testamento. Evangelio enraizado en la historia de Israel. Jesús es Mesías: “Por él hemos recibido la gracia del apostolado, para suscitar la obediencia de la fe entre todos los gentiles, para gloria de su nombre. Entre ellos os encontráis también vosotros, llamados de Jesucristo” (vv. 5-6). Al creer a Jesús, Pablo -¡y todo cristiano!- recibe “la gracia y el apostolado (texto griego). Al creer estamos respondiendo a una llamada (Rm 9,24). La fe no se impone. Se suscita la llamada. Se obedece libremente.

Saludo auna iglesia local: a todos losque están en Roma, amados de Dios, llamados santos, gracia y paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo” (v. 7). En Roma hay judeocristianos y “gentiles” convertidos a Cristo. Todos sienten el amor divino revelado en Cristo. Todos son llamados “santos” (consagrados por la unción del Espíritu). A todos les reconoce la “gracia y paz” divinas. Mas adelante les explica el proceso de la gracia y paz recibidas: “Habiendo sido justificados en virtud de la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, por el cual hemos obtenido además por la fe el acceso a esta gracia, en la cual nos encontramos; y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios” (Rm 5,2). Esta gracia es el Espíritu que les habita y les intima la filiación, el amor, la paz, la alegría, la paciencia, la lealtad... (Gál 5,22).

Oración: “gracia y paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo” (Rm 1,1-7)

Jesús de la Navidad:

los que estamos en cualquier lugar del mundo,

y hemos creído en tu amor,

terminaremos la semana celebrando tu nacimiento.

La Navidad reaviva el Amor primero:

con Pablo nos sentimos “siervos” tuyos, no sustitutos ni vicarios;

alterados por tu amor, nos vemos incitados a tu misma tarea:

anunciar el Amor gratuito, la “gracia”, del Padre;

crear comunidades de hermanos y amigos tuyos.

Un año más renovamos nuestra “navidad”,

nuestro nacimiento en tu Espíritu:

espíritu educador y santo que huye del engaño,

se aleja de los pensamientos necios

y es ahuyentado cuando llega la injusticia.

La sabiduría es un espíritu amigo de las personas

que no deja impune al blasfemo:

inspecciona las entrañas,

vigila atentamente el corazón y cuanto dice la lengua.

Pues el espíritu del Señor llena la tierra,

todo lo abarca y conoce cada sonido” (Sab 1,5-7).

Espíritu que sentiste “cumplido” en tu corazón:

el Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido.

Me ha enviado a evangelizar a los pobres,

a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista;

a poner en libertad a los oprimidos;

a proclamar el año de gracia del Señor” (Lc 4,18ss).

Espíritu que te condujo a realizar obras de amor:

Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo:

los ciegos ven y los cojos andan;

los leprosos quedan limpios y los sordos oyen;

los muertos resucitan y los pobres son evangelizados” (Mt 11,4ss).

Espíritu que te “llenó de alegría y dijiste:

te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra,

porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos,

y las has revelado a los pequeños.

Sí, Padre, porque así te ha parecido bien(Lc 10,21; Mt 11,25ss). 

Pablo nos anima a renovarnosen el amor de Dios:

A todos losque están en Roma, amados de Dios,

llamados santos,

gracia y paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”.

También nosotros nos sentimos “amados de Dios, santos”:

nos encontramos en su gracia,

y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios” (Rm 5,2);

queremos sentir tu amor en el corazón y en la conducta;

queremos tener tus entrañas, más allá de nuestras leyes.

“Ayúdanos a entrar en estos días como en `tierra sagrada´.

Ven Espíritu Santo: ¡sé tú el guía de nuestro caminar juntos!”.

Preces de los Fieles (D. 4º Adviento A 18.12.2022)

La Navidad celebra “la manifestación de la gracia de Dios, que trae la salvación para todas las personas...; la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor al hombre” (Tit 2,11; 3,4). Pidamos celebrarla con el espíritu de Jesús diciendo: “queremos revivir tu amor”.

Por todos los cristianos:

- que seamos testigos del amor gratuito y universal de Jesús;

- que, al celebrar su nacimiento, reavivemos su Espíritu.

Roguemos al Señor: “queremos revivir tu amor”.

Por las intenciones del Papa (diciembre 2022):

- que las organizaciones de voluntariado y de promoción humana

encuentren personas deseosas de comprometerse con el bien común

y buscar nuevas vías de colaboración a nivel internacional”.

Roguemos al Señor: “queremos revivir tu amor”.

Por los gobernantes:

- que cuiden la vida de todos, cuidando más a los débiles;

- que eliminen las guerras, el hambre, la incultura...

Roguemos al Señor: “queremos revivir tu amor”.

Por las religiones:

- que sean ofertas humanizadoras, como quiere el Creador;

- que sirvan para el desarrollo y felicidad humana.

Roguemos al Señor: “queremos revivir tu amor”.

Por nuestros pueblos y ciudades:

- que la alegría navideña reconcilie y olvide las ofensas;

- que el amor de Jesús dinamice nuestra convivencia.

Roguemos al Señor: “queremos revivir tu amor”.

Por esta celebración:

- que sintamos “la gracia y la paz” que nos trae Jesús;

- que nos hermane en el Espíritu de Jesús.

Roguemos al Señor: “queremos revivir tu amor”.

Bendice, Señor, nuestros deseos. Queremos que la Navidad sea sobre todo renacer y reavivar el Espíritu de amor que inspiró tu vida. Te lo pedimos a ti, Jesús resucitado, que vives por los siglos de los siglos.

Amén.

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