“Por un instante te abandoné, pero con gran cariño te reuniré” ¿Las leyes no evangélicas de la Iglesia influyen en su vaciamiento?

Ensancha el espacio de tu tienda” (3)

El Documento de la Etapa Continental se abre con dos citas bíblicas muy sugerentes:  “Ensancha el espacio de tu tienda...” (Is 54,2). “Tened en vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús...” (Flp 2,5-7). Ambas son siempre una llamada urgente para los cristianos. Ampliar el espacio donde amar y celebrar la vida es siempre imperativo evangélico para imitar al Padre: “sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso” (Lc 6,36). “Sentir propio de Cristo” es la esencia del seguidor de Cristo Jesús.

La cita del Antiguo Testamento procede del Segundo Isaías (cap. 40-55). Libro escrito a mediados del s. VI a.C. Largo poema dedicado al segundo éxodo, intuido y cantado antes de ser vivido. Su autor es un sublime poeta, agudo teólogo e iluminado vaticinador. Anuncia la vuelta de Israel desde el exilio babilónico a Jerusalén, ciudad madre y esposa, abandonada del marido y privada de hijos. Anima al pueblo a vencer las resistencias: la soberbia y crueldad de Babilonia, el atractivo de los dioses aparentemente victoriosos, y la propia falta de esperanza. El profeta ofrece razones para el discernimiento, basadas en el diferente modo de ser y actuar de los ídolos babilónicos y del Señor, nuestro Dios. Los ídolos son inertes, no tienen vida, los llevan a cuesta... El Señor actúa en la intimidad de las personas: da vida, llama a la acción, forma un pueblo, fortalece a los decaídos y rotos, consuela y alimenta a los necesitados y débiles...

La cita concreta pertenece al capítulo 54, poema de 17 versículos. Es un canto que el profeta pone en boca del marido que hizo alianza con su esposa, con Israel pueblo. Sigue queriendo reanimar su matrimonio, y hacer de su esposa una madre fecunda. El abandono ha sido por un tiempo: “Por un instante te abandoné, pero con gran cariño te reuniré. En un arrebato de ira, por un instante te escondí mi rostro,pero con amor eterno te quiero -dice el Señor, tu libertador-” (Is 54, 7-8).

Propongo a todos los sinodales, personas y grupos, hacer una meditación seria sobre la Iglesia, desde este canto de Isaías 54,1-17. Meditación inicial antes de ponerse a trabajar el Documento sobre la Etapa Continental del Sínodo (DEC). Leamos despacio:

1 “Exulta, estéril, que no dabas a luz;

rompe a cantar, alégrate,  tú que no tenías dolores de parto;

porque la abandonada tendrá más hijos

que la casada —dice el Señor—.

2 Ensancha el espacio de tu tienda,

despliega los toldos de tu morada, no los restrinjas,

alarga tus cuerdas, afianza tus estacas,

porque te extenderás de derecha a izquierda.

Tu estirpe heredará las naciones y poblará ciudades desiertas.

4No temas, no tendrás que avergonzarte,

no te sientas ultrajada, porque no deberás sonrojarte.

Olvidarás la vergüenza de tu soltería,

no recordarás la afrenta de tu viudez.

5Quien te desposa es tu Hacedor:

su nombre es Señor todopoderoso.

Tu libertador es el Santo de Israel:

se llama «Dios de toda la tierra».

6Como a mujer abandonada y abatida te llama el Señor;

como a esposa de juventud, repudiada -dice tu Dios-.

Por un instante te abandoné, pero con gran cariño te reuniré.

En un arrebato de ira, por un instante te escondí mi rostro,

pero con amor eterno te quiero -dice el Señor, tu libertador-.

Me sucede como en los días de Noé:

juré que las aguas de Noé no volverían a cubrir la tierra;

así juro no irritarme contra ti ni amenazarte.

10 Aunque los montes cambiasen y vacilaran las colinas,

no cambiaría mi amor, ni vacilaría mi alianza de paz

-dice el Señor que te quiere-.

11¡Ciudad afligida, azotada por el viento, a quien nadie consuela!

Mira, yo mismo asiento tus piedras sobre azabaches,

tus cimientos sobre zafiros;

12 haré tus almenas de rubí, tus puertas de esmeralda,

y de piedras preciosas tus bastiones.

13 Tus hijos serán discípulos del Señor,

gozarán de gran prosperidad tus constructores.

14 Tendrás tu fundamento en la justicia:

lejos de la opresión, no tendrás que temer;

lejos del terror, que no se acercará.

15Si alguno te ataca, no viene de mi parte;

quien lucha contra ti, frente a ti caerá.

16 Yo he creado al herrero, que sopla los carbones y aviva el fuego,

y forja las armas adecuadas.

También he creado al destructor que aniquila.

17 Ningún arma forjada contra ti podrá dañarte,

rebatirás toda lengua que te acuse en juicio.

Esta es la herencia de los siervos del Señor

y la justicia que les hago -oráculo del Señor-.

Miremos la situación actual de la Iglesia. La fe del profeta descubre la luz y la fuerza que que anidan en el corazón creyente. Fe que hoy, en nosotros, sigue viva por medio de Jesús. “Fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe, Jesús, quien, en lugar del gozo inmediato, soportó la cruz, despreciando la ignominia, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Recordad al que soportó tal oposición de los pecadores, y no os canséis ni perdáis el ánimo” (Hebr 12,2-3).

Veamos situaciones y hagamos preguntas:

- iglesias vaciadas; mayoría de 40 años y mujeres; sacerdotes de 60-65 años (jubilados en la Seguridad Social, trabajando en la Iglesia por necesidad); jóvenes alejados de la Iglesia; trabajo sinodal de unos y resistencias de obispos, sacerdotes, laicos...

- ¿los dirigentes tienen algo de responsabilidad?; ¿sus leyes no fundadas en el evangelio (anticonceptivos, exclusión de curas casados, de mujeres, de lgtb, divorciados..) influyen?, ¿balones fuera: secularismo, materialismo, relativismo, Vaticano II, mayo del 68...)?; ¿falta de coherencia evangélica?; ¿le preocupa a la Iglesia lo que le preocupa a Jesús (salud, misericordia, sábado para el hombre, libertad...; normas, autoridad, sexo, celibato obligatorio, familia...)?; ¿ocultar problemas, disimularlos, cocinarlos ladinamente?

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