El domingo 2 de febrero, Cañizares ha convocado otro acto de desagravio en la Catedral Acto de desagravio por la profanación de la capilla del Hospital Clínico Universitario

Acto de desagravio por la profanación de la capilla del Hospital Clínico Universitario
Acto de desagravio por la profanación de la capilla del Hospital Clínico Universitario

Quienes recuperaron parte de lo robado del Sagrario fueron jóvenes que asistían a MIsa el día de los hechos y colaboraron en su búsqueda por la calle

La capilla de la Facultad de Medicina y Hospital Clínico Universitario se llenó para asistir al acto de reparación y desagravio por el acto sacrílego y de profanación perpetrado en la tarde del domingo pasado, en que personas desconocidas robaron objetos de culto y las Sagradas Formas del interior del sagrario, que posteriormente abandonaron, arrojando al suelo por la calle las hostias consagradas.

Primero tuvo efecto la Misa diaria de las cinco de la tarde, concelebrada por los tres capellanes del centro,  y luego se hizo un acto de adoración Eucarística, que fue introducido por el Capellán Responsable del Hospital, Julio Badenes, quien explicó detalladamente lo ocurrido, dado que se había divulgado muchas mentiras, falsedades y errores. Mencionó en su intervención que sólo Baltasar Bueno en Religión Digital había narrado la realidad de los hechos bien.

En el esquema del relato explicó lo ya contado en estas páginas. Domingo tarde, preparado todo para la Misa, salió un momento de la capilla para administrar la comunión a dos Padres Capuchinos y al volver, unos diez minutos, se percató que habían abierto el sagrario -el sacerdote siempre esconde la llave, nunca la deja en la cerradura de la puertecilla del sagrario- y se habían llevado un porta ostensorio, un pequeño copón y el porta viático con unas sesenta Formas dentro y la grande del porta ostensorio, que guarda la Hostia grande que se coloca en el viril de la Custodia para cuando hay exposición solemne de la Eucaristía.

Momnto de inicio del acto.
Momnto de inicio del acto.

Aquel día ofició la Misa y predicó la Palabra de Dios, sin decir nada, pero al final explicó lo ocurrido. Que alguien había localizado la llave del sagrario que él siempre esconde y perpetró el robo. El sacerdote tuvo la feliz idea de pedir la colaboración de los asistentes a la Misa para buscar en la capilla y en los alrededores del hospital y facultad por si encontraban lo robado, pus es habitual que los delincuentes se desprendan de cosas que no les interesa.

Efectivamente, fueron jóvenes que estaban en Misa quienes en el rastreo que hicieron hallaron primero el porta ostensorio con la Hostia dentro tirado en el confesionario, y luego, en la calle, frente a la Facultad de Medicina, hallaron el porta viáticos y una veintena de Sagradas Formas, que entregaron al sacerdote, quien por la noche presentó denuncia en Comisaría de Policía.

Explicó que ciertamente se trataba de un acto sacrílego y de profanación, que conlleva incurrir en un pecado gravísimo, pero que la intencionalidad de los autores parece que fue el robar algo materialmente valioso, pues la Seguridad del centro, cuando fue advertida, informó al sacerdote de que momentos antes de ocurrir lo de la capilla, una pareja forzó la máquina vending de refrescos del hall del edificio de Maternidad de dicho hospital. Y es en esta línea por donde discurren principalmente las investigaciones de la policía.

La capilla del Hospital y Facultad de Medicina
La capilla del Hospital y Facultad de Medicina

Julio Badenes aprovechó su intervención para predicar el kerygma, el perdón y el amor, calificando a los autores de personas que no sabían lo que hacían, momento en el que se remitió al escarnio, tortura y muerte de Jesús, quien también dijo las mismas palabras en la cruz. Siguió a sus palabras la adoración y veneración del Santísimo expuesto en la Custodia, con la Sagrada Forma, siendo impartida con ella la bendición.

El próximo domingo, el cardenal arzobispo Antonio Cañizares ha convocado un solemne acto de desagravio en la Catedral, al que ha invitado a todos sus diocesanos a través de una carta, la cual tendrá lugar al término de la  Misa de las siete de la tarde, en la Jornada de la Vida Consagrada.

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