9 de noviembre, Día de la Iglesia Diocesana "El santo que llevas dentro"
"Este domingo, 9 de noviembre, se celebra el Día de la Iglesia Diocesana, también conocido como la jornada de Germanor"
"Con la colecta que se realiza este día, la Iglesia pide a los fieles contribuir económicamente al sostenimiento de la actividad de su diócesis. Estas aportaciones voluntarias son una pieza clave para que la Iglesia continúe desarrollando su labor pastoral y social"
"La jornada de Germanor quiere ser un ejercicio de transparencia y comunión. En este sentido, la publicación anual de la memoria de actividades explica, con absoluto rigor y transparencia, toda la labor que la Iglesia archidiocesana de Barcelona ha llevado a cabo a lo largo del año 2024"
"Más allá de las cifras, lo que queremos es agradecer la ingente tarea, en muchas ocasiones invisible, que realizan todos los miembros de la Iglesia. Son laicos, miembros de la vida consagrada y ministros ordenados"
"La jornada de Germanor quiere ser un ejercicio de transparencia y comunión. En este sentido, la publicación anual de la memoria de actividades explica, con absoluto rigor y transparencia, toda la labor que la Iglesia archidiocesana de Barcelona ha llevado a cabo a lo largo del año 2024"
"Más allá de las cifras, lo que queremos es agradecer la ingente tarea, en muchas ocasiones invisible, que realizan todos los miembros de la Iglesia. Son laicos, miembros de la vida consagrada y ministros ordenados"
Este domingo, 9 de noviembre, se celebra el Día de la Iglesia Diocesana, también conocido como la jornada de Germanor. Con la colecta que se realiza este día, la Iglesia pide a los fieles contribuir económicamente al sostenimiento de la actividad de su diócesis. Las aportaciones voluntarias son una pieza clave para que la Iglesia continúe desarrollando su labor pastoral y social.
La jornada de Germanor quiere ser un ejercicio de transparencia y comunión. En este sentido, la publicación anual de la memoria de actividades explica, con absoluto rigor y transparencia, toda la labor que la Iglesia archidiocesana de Barcelona ha llevado a cabo a lo largo del año 2024. Una labor inmensa y cargada de amor.
Con el ánimo de rendir cuentas a toda la sociedad, también tomamos conciencia de la actividad pastoral, litúrgica, educativa, cultural y caritativa llevada a cabo durante el último año. Más allá de las cifras, lo que queremos es agradecer la ingente tarea, en muchas ocasiones invisible, que realizan todos los miembros de la Iglesia. Son laicos, miembros de la vida consagrada y ministros ordenados, entregados todos al servicio del prójimo. También quiero expresar mi más sincero agradecimiento a todos aquellos que, con su tiempo, con su oración o con su apoyo económico, colaboran para hacer posible esta gran misión. Todos formamos parte de un mismo pueblo, un pueblo que camina con fe y esperanza, que transforma y humaniza, y que quiere ser luz en medio de la oscuridad.
En el ámbito económico y organizativo, este año quiero destacar una cuestión crucial para el presente y el futuro de nuestra diócesis. Se trata del proyecto de mejora de los espacios parroquiales, que permite gestionar el mantenimiento ordinario, preventivo y normativo de estos espacios.
Ante la evolución del mundo hacia la inestabilidad y los conflictos permanentes con guerras, agresividad, discordia, etc., presenciamos, a menudo, un paisaje oscuro. Sin embargo, si fijamos la mirada en los miles de personas que lo dan todo por ayudar a los demás, podremos ver el color de la esperanza. Los cristianos somos una gran familia, en la que nos ayudamos, en la que soñamos una vida más fraterna y humana siguiendo el testimonio de Jesucristo.
Queridos hermanos y hermanas, aprovecho estas líneas para animaros a dejar que aflore el santo que lleváis dentro. El camino de la santidad no es un privilegio reservado a unos pocos elegidos, sino que es una llamada universal que Dios dirige a todos los bautizados. Cada creyente lleva un santo dentro, una semilla plantada por el mismo Espíritu Santo en el momento del bautismo. Esta santidad no consiste en realizar grandes gestas, sino en vivir en comunión con Cristo y con nuestros hermanos en la fe, en vivir el amor de Dios en nuestro día a día.