Sacerdotes de película: santos que eran curas (4)


Uno de los capítulos más interesantes para explorar la imagen del sacerdote son las películas que tiene a santos sacerdotes por protagonistas. En 1949 recibía el Oscar a la mejor película de habla no inglesa Monsieur Vincent, un film francés de 1947 dirigido por Maurice Cloche, sobre el sacerdote y gran santo Vicente de Paúl. La película comienza cuando P. Vicente recorre las calles desoladas de su primera parroquia de Chatillon les Dombres mientras las piedras le llueven por todas partes por temor a la peste negra. Su sencillez y cercanía a los pobres le valdrá el reconocimiento de muchos. En la película se resalta su intuición por organizar la caridad más allá de la disposición individual y procurando, así mismo, orientar los recursos de la sociedad. Sin duda una película de referencia del cine espiritual.



A Santo Tomás Becket, obispo y mártir, se dedica la película Becket dirigida en 1964 por Peter Glenville con un duelo de interpretación entre Richard Burton y Peter O'Toole en los papeles protagonistas y adaptando la obra teatral de Jean Anouilh. En este film se resalta el proceso de transformación que se opera en Thomas cuando es nombrado Arzobispo de Canterbury, destacando la escena del lavatorio de pies con el abandono de las riquezas donde formula su disponibilidad al servicio de la Iglesia.

El Padre Damián, sacerdote religioso de la Congregación de los Sagrados Corazones que a los 33 años (1873) llega a la Isla de Molokai (Hawai) para servir a los leprosos que allí habían sido desterrados donde murió años después víctima también de la lepra. Siguiendo su pista Luis Lucía dirigió en 1959 Molakai: la isla maldita en ella se destaca la vida de entrega generosa a los últimos del que recientemente hemos celebrado su canonización. Bien interpretada por Javier Escrivá se destacan también las luchas para conseguir ante las autoridades la mejora de las condiciones de estos enfermos y el reconocimiento de su dignidad. El espíritu de trabajo y de sacrificio se destaca de forma elocuente en una de las pocas películas de este período que sobrevive al paso del tiempo.


Más reciente contamos con Molokai: The Story of Father Damien (1999) que filma Paul Cox en la estela de la beatificación del año 1995 y por la iniciativa del productor belga, compatriota del santo, Tharsi Vanhuysse. Basada en el libro de Hilde Eynikel tuvo serios problemas en la producción, el director fue despedido y readmitido, lo cierto es que no logra expresar la profundidad de vida del padre Damián pero es especialmente significativa la escena de la visita de la princesa Lili Uokalani y su conversión a la causa de los leprosos.

Durante el siglo XVI, Felipe Neri (Johnny Dorelli) dedica su misión a la infancia abandonada, fundando centros para educación y acompañamiento de los chicos de la calle. Sed buenos, si podéis (1984) del director de filiación comunista Luigi Magni. nos presenta a este santo simpático a la vez que generoso, la película además tiene el aliciente de sus encuentros con distintos personajes de la época como Sixto V (Mario Adorf) o Ignacio de Loyola (Philippe Leroy). Sigue especialmente la trayectoria de un joven problemático Cirifischio que pondrá al prueba la paciencia del santo que trabajará incansablemente por su redención.


San Antonio de Padua tiene una larga trayectoria de presencia en filmes italianos"Antonio di Padova, il Santo dei miracoli" (1931) de Giulio Antamoro , Antonio di Padova (1949) de Pietro Francisci, Sant'Antonio di Padova (1990) de Giorgio Salce y la serie italiana distribuida entre nosotros San Antonio de Padua (2002) de Umberto Marino que una de las producciones de Luca Bernabei y Lux Vide. En ella se parte de su llamada al sacerdocio cuando era un joven noble portugués, cuando termina por convertirse en monje franciscano y predica a través de África y Europa. Recientemente se ha estrenado Antonio, guerrero de Dios (2006) Antonello Belluco con Jordi Mollá en el papel del santo franciscano especialmente se muestra en su lucha en Padua contra la usura en favor de los pobres y como será referencia de santidad para sus contemporáneos.

La película El hombre que no quería ser santo (1964) Edward Dmytryk es un film muy sugerente donde Maximilian Schell hace el papel de su vida interpretando a San José de Cupertino. Considerado como inútil por los que le rodean, llamado “el idiota” por sus compañeros de estudios y relegado a las caballerizas por los monjes, pronto destaca como orante y contemplativo y a través de lo humilde y sencillo de su vida se manifestará la presencia de Dios. Una pequeña perla cinematográfica imprescindible.


San Juan Bosco no sólo es el patrón del cine sino que varias películas le tienen como protagonista. Así el Don Bosco (1988) de Leandro Castellani haciendo de protagonista Ben Gazzara y la más reciente y lograda de Ludovico Gasparini también de las miniseries para la RAI. Esta última con dos capítulos en 146 minutos hacen un recorrido pormenorizado por la vida del fundador de los salesianos destacando su cercanía a los jóvenes necesitados y su capacidad de vencer desde la confianza en Dios las más variadas dificultades. Con un estilo conmovedor resulta atractiva para todos los públicos.

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