De Gaza a Torre Pacheco: el odio, tan lejos, tan cerca

Solo ahora, esta semana, cuando Netanyahu ha atacado a la iglesia cristiana de Gaza, la iglesia del padre Romanelli, algunos han alzado la voz para, por fin, exigir que acabe este horror, que es la hora de parar esta masacre

Hay que asegurar un futuro de paz para todos los pueblos de esa santa tierra, esa Tierra Santa que sufre el odio, la violencia, la injusticia y la muerte desde hace demasiado tiempo. Es hora de decir basta. Ya lo era antes de que cayeran las bombas en la iglesia de la Sagrada Familia de Gaza

Torre Pacheco debe hacernos reflexionar sobre cómo debemos afrontar un país, un futuro en libertad, en convivencia, en el que todos los hombres y las mujeres seamos vistos como iguales, independientemente del color de nuestra piel, de la religión que profesemos o del lugar donde hayamos tenido la suerte de nacer

Buen domingo, este es el resumen semanal de Religión Digital. Una semana que ha venido marcada por dos actos de violencia, uno aquí, muy cerquita, y otro en la desgraciadamente lejana para muchos, Gaza, donde desde hace ya casi tres años el odio, el horror se está cebando contra una población atacada en un genocidio, como dijo el Papa Francisco.

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Solo ahora, esta semana, cuando Netanyahu ha atacado a la iglesia cristiana de Gaza, la iglesia del padre Romanelli, algunos han alzado la voz para, por fin, exigir que acabe este horror, que es la hora de parar esta masacre. Lleva siendo la hora de frenar este desatino muchísimo tiempo antes de que empezara, antes de que nos diéramos cuenta de que la única solución posible es la de dos estados que puedan convivir en paz y en libertad, antes de que nos diéramos cuenta de que los intereses espúreos de algunos priman sobre el derecho a la vida, a la libertad y al futuro de israelíes y palestinos. 

Sagrada Familia de Gaza

Aquí no nos vamos a cansar de decirlo: h ay que asegurar un futuro de paz para todos los pueblos de esa santa tierra, esa Tierra Santa que sufre el odio, la violencia, la injusticia y la muerte desde hace demasiado tiempo. Es hora de decir basta. Ya lo era antes de que cayeran las bombas en la iglesia de la Sagrada Familia de Gaza.

Hemos visto también cómo el odio ha seguido  campando a sus anchas en Torre Pacheco. Cómo aquellos disfrazados de falsos católicos defienden el odio al diferente, el odio a aquel que no es como supuestamente debería ser, aquel que no es español, católico, tradicional. Aquellos mismos que atacarían a Jesús si viniera hoy entre nosotros.

Incidentes de Torre Pacheco

Torre Pacheco debe hacernos reflexionar sobre cómo debemos afrontar un país, un futuro en libertad, en convivencia, en el que todos los hombres y las mujeres seamos vistos como iguales, independientemente del color de nuestra piel, de la religión que profesemos o del lugar donde hayamos tenido la suerte de nacer.

Nunca nos olvidemos de esto.  Hemos tenido la suerte de nacer en un país como éste. Identificar extranjeros (o un determinado tipo de extranjeros, pobres por más señas), con violentos o delincuentes, es dar de patadas el evangelio de Jesús. 

También necesitamos afrontar una pastoral del cuidado hacia las minorías, hacia aquellos que no piensan como nosotros. También hacia aquellos que nos cuidan. Una pastoral del cuidado para nuestros sacerdotes, nuestros religiosos, para todos los que se dedican a cuidarnos.  No dejemos de cuidar al cuidador. No dejamos de pensar que las bienaventuranzas son la principal esencia del cristianismo, ahora, en vacaciones y siempre. 

Etiquetas: gaza, Israel, torre pacheco, cuidar, resumen semanal