"Poco a poco, el estilo del papa Francisco, principal impulsor de este sínodo, va calando" Luis Miguel Modino: "El problema de la Iglesia es de autoridad y de cómo se ejerce esa autoridad"

Luis Miguel Modino
Luis Miguel Modino

"No es fácil cambiar una estructura de 2000 años y no podemos pretender que cambien de un día para otro. Yo siempre digo que nada empieza con nosotros y nada acabará con nosotros. Pero hay que ir dando pasos"

"La información ha sido muy limitada y uno tenía que ir buscando cómo conseguir esa información, pero sí que ha habido tensiones dentro de la aula sinodal"

"La Iglesia sinodal no es una iglesia como yo quiero, sino una iglesia donde todos tienen lugar y donde todo el mundo puede hablar y todo el mundo tiene que escuchar. Ese es el gran desafío. ¿Yo me sentaría con alguien que piensa contrario a lo que yo pienso o inclusive que es mi enemigo ideológico?"

"Espero que la gente se pueda envolver, puedan participar y que se le dé la posibilidad de hacerlo, porque si no, esto no esto no va a funcionar y yo sé que la estructura de la Iglesia tiene la posibilidad de impulsarlo y de frenarlo"

"No tener miedo de sentarse en una mesa con alguien que piensa diferente. No tener miedo de sentarse en una mesa y no tener miedo de decir, pues aquí las mujeres también deciden. O también opinan para poder decidir"

"O entendemos que el ordeno y mando se acabó, o esto no va a funcionar. Porque la sociedad actual vive parámetros completamente diferentes al autoritario. Y el autoritarismo acaba alejándonos de la gente". Ha sido una de las grandes 'estrellas' de la información vaticana durante el pasado Sínodo. Luis Miguel Modino, enviado especial de RD a la Asamblea del Sínodo de la Sinodalidad, disecciona lo vivido durante este último mes, y los pasos a dar en estos once meses de 'parto sinodal' hasta la asamblea de octubre de 2024. Su mirada, sin duda privilegiada, nos ofrecerá muchas pistas respecto al presente, y al futuro, de la Iglesia.

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Hoy nos acompaña Luis Miguel Modino, por fin en presencia mortal, ¿Cómo estás, en carne mortal?

-Todo bien.

-A Luis Miguel Modino le habrán leído muchísimo en el último mes porque ha sido el enviado especial de Religión Digital al sínodo. Antes también, porque nuestro corresponsal en toda Latinoamérica. Ha hecho un trabajazo, aunque no le gusta que lo digamos, pero ya que estamos aquí, lo vamos a decir. Ha posicionada a nuestra web como el lugar donde más se ha informado en castellano, al menos del sínodo.

Acaba de venir, y antes de irse para para su tierra, -él es un misionero madrileño, pero vive y sueña en Brasil-, pues queríamos conversar con él para, en primer lugar, agradecerte el trabajo como siempre, y que nos contaras un poquito,.

Has estado en el sínodo ¿qué te ha parecido lo que has vivido durante este mes largo.

-En los primeros días se dijo que este sínodo, esta primera sesión de la Asamblea, era para aprender a hacer una Iglesia sinodal y para intentar que eso sea asumido en todos los niveles de Iglesia. Y en ese sentido, yo creo que sí que se ha conseguido un poco avanzar, porque yo vengo de Latinoamérica y, por ejemplo, en Brasil, en muchos lugares ya es así. Es algo que está más avanzado.

Sínodo
Sínodo

-Es más natural.

-Está más asumido. Es algo que no hay que hablar. Pero entiendo que en otras latitudes es algo completamente nuevo y el mostrar que eso funciona en algunos lugares y que es posible, aunque siempre va a haber resistencias, ya es un buen primer paso para la segunda etapa, que se supone que será más decisiva.

-¿Cómo se vive la sinodalidad? ¿Se puede ser sinodal en Roma, en el Vaticano, con la estructura tan anquilosada que, al menos, históricamente siempre ha tenido, o también se está notando ese ambiente sinodal dentro de los muros del Vaticano?

-Yo creo que poco a poco, el estilo del papa Francisco va calando y el principal impulsor de este sínodo ha sido él, claramente. Es algo que ya tenía en mente desde hace varios años, probablemente desde el inicio de su pontificado, y que fue dando pasos concretos a lo largo de, por lo menos, los últimos cinco años.

Primero convocó el sínodo para la Amazonía, donde ya se llevó a cabo un proceso de escucha muy amplio, para ser un sínodo regional. Después, cuando los obispos de América Latina le plantearon la posibilidad de una sexta Conferencia del Episcopado, dijo que sería mejor hacer una asamblea eclesial, y ahí sí que ya se vieron muchas cosas de las que ahora han aparecido en el sínodo a nivel universal en esos círculos menores que en aquel tiempo fueron virtuales.

-Esas mesas redondas de las que hablaban Czerny y Barretto en el pasado Jueves de RD.

-En aquel eran mil personas. Cien, o menos, en México. Yo estuve allí, y ya se dieron pasos en ese sentido importantes. Ya había círculos menores donde había laicos. Y ahí la mayoría eran laicos, porque en aquella asamblea eclesial, el 20% de ? al 20% diáconos y curas, 20% representantes de la vida religiosa y 40% laicos y laicas. Había muchas mujeres, ya en aquella asamblea eclesial.

Poco a poco, eso se ha ido concretizando y se ha ido trayendo para Roma. Tanto el cardenal Grech, como el cardenal Hollerich, reconocieron abiertamente la importancia de esa asamblea, y dijeron llegaron a decir, en un encuentro con los latinoamericanos, que probablemente sin esa asamblea, no hubiese sido posible dar estos pasos en esta primera etapa de la Asamblea sinodal.

Yo creo que, poco a poco, se va asumiendo. No es fácil cambiar una estructura de 2000 años y no podemos pretender que cambien de un día para otro. Yo siempre digo que nada empieza con nosotros y nada acabará con nosotros. Pero hay que ir dando pasos.

-Desde Roma, en ese día a día, qué es lo que más te ha sorprendido para bien, lo que más te ha molestado de todo este todo este tiempo. Si las resistencias de las que hemos hablado más de una ocasión y que hemos personalizado en nombres existen y se notan. ¿Se respiran en el ambiente, en las discusiones en este mes de trabajo? ¿O no son tan importantes?

-La información ha sido muy limitada y uno tenía que ir buscando cómo conseguir esa información, pero sí que ha habido tensiones dentro de la aula sinodal. Eso es algo evidente, también, porque viene gente de culturas diferentes y formas diferentes de vivir la fe. Hay resistencias a que el sínodo sea de esa forma. Hay obispos que dicen que el sínodo tiene que ser solo de obispos…

Eso está ahí. Yo creo que habría que dar más pasos para visibilizar lo que lo que realmente se vivió. Es verdad que el Papa Francisco insistió mucho en que eso condiciona la libertad, pero yo creo que no se trata de decir 'fulano dijo', pero sí el ayudar a entender lo que lo que se vivía, para también poder ayudar en la reflexión. Yo creo que y cuando uno escribe, lo hace para intentar ayudar, por lo menos yo lo hago en ese en ese sentido, pero, bueno, cada uno tiene su forma de ver las cosas y al final se van consiguiendo los caminos para dar los pasos que uno cree que tiene dar.

Francisco, con James Martin en la adiencia privada que le concedió
Francisco, con James Martin en la adiencia privada que le concedió Outreach

-Comentabas que el sínodo ha terminado con un informe de síntesis y que se espera que en la Asamblea del año que viene, después de ir a las bases, que vuelva y que se puedan tomar decisiones más firmes. Pero da la sensación, o al menos la sensación periodística, de que hay temas de los que antes sí que se hablaba, incluso en los documentos, y ahora no aparecen en el informe de síntesis. Y uno se pregunta si eso imposibilitará que haya discusión sobre esos temas y que se puedan volver a incluir. Por ejemplo no aparece algo que sí que aparece en el instrumentum laboris, como es la comunidad LGTBI y otros temas.

¿Que no aparezcan en el documento de síntesis influye para que en el futuro ya no se vayan a abordar esos temas porque ya se evidencia que no hay consenso, o al contrario, que se ha intentado hacer un documento que evite tensiones y que permita seguir avanzando y que sea de verdad en octubre cuando se puedan tomar decisiones más concretas?

-Yo creo que depende de la insistencia que se haga de los diferentes temas en las bases. Si es evidente que la Iglesia de todo el mundo quiere que algo sea discutido, probablemente será discutido. En ese sentido, el pago Francisco es muy abierto.

- Sí, pero te lo digo porque esos temas ya se había dicho que se querían discutir y, sin embargo, el documento que vuelve a las bases elimina determinadas cosas que las bases habían propuesto discutir.

-Pero yo creo que si se considera que es importante discutir sobre un tema, hay que insistir.

-Quiero decir que se está forzando a las bases para que vuelvan a insistir.

-Pero uno tiene que entender que por la forma como fue realizado el sínodo, de los los círculos menores sólo salía aquello que era consenso. Los temas polémicos, normalmente, no aparecían en los relatorios y eso hace que, probablemente, se hayan apagado algunos temas. Porque las tensiones, en los temas polémicos son evidentes.

Mujeres en el Sínodo de la Sinodalidad
Mujeres en el Sínodo de la Sinodalidad

-Se ha visto en el tema del diaconado, que apenas se apunta algo, aunque todo sea aprobadopor más de dos tercios, se ha notado claramente que cuando había un sector en contra, en el número de votos, al menos.

-Eso es evidente y no se puede negar que es así. Pero yo insisto; el proceso sinodal ahora entra en un período, desde mi punto de vista, crítico. Y el riesgo es que la gente se olvide. Porque a veces, protestamos ante determinadas actitudes, pero no conseguimos sentarnos en una mesa y discutir abiertamente con quien piensa diferente.

Porque, al final, la Iglesia sinodal no es una iglesia como yo quiero, sino una iglesia donde todos tienen lugar y donde todo el mundo puede hablar y todo el mundo tiene que escuchar. Ese es el gran desafío

¿Yo me sentaría con alguien que piensa contrario a lo que yo pienso o inclusive que es mi enemigo ideológico?

Esas son cuestiones que uno tiene que debatir y ver hasta qué punto estamos dispuestos. Y durante estos 11 meses, el desafío es ese; ver cómo eso se estructura, ver cómo vuelve y ver los filtros que se ponen; porque yo siempre digo que podemos ser unas esponjas, pero también podemos ser un embudo. En este sentido, yo creo que por la estructura de la Iglesia, lo que se haga en las parroquias es fundamental y hay que convencer a los párrocos de que este proceso sinodal es importante y que tenemos que fomentar que la gente hable y hable abiertamente y, después, ver cómo eso que se habla colocarlo en los relatorios que envían a las diócesis y a la Conferencia episcopal, estos a las asambleas continentales.

Yo creo que, en este sentido, tenemos que ser honestos; aquellos que digamos, formamos parte de las estructuras de decisión, están abiertos a temas con los que probablemente no concordamos pero que son fruto de una reflexión de mucha gente. Entonces, creo que lo que se va a hacer en estos 11 meses es decisivo.

Padre Radcliffe en la Sala de Prensa
Padre Radcliffe en la Sala de Prensa

-Qué crees que va a pasar en este embarazo de 11 meses?

-Yo no sé lo que va a pasar, pero espero que la gente se pueda envolver, puedan participar y que se le dé la posibilidad de hacerlo, porque si no, esto no esto no va a funcionar y yo sé que la estructura de la Iglesia tiene la posibilidad de impulsarlo y de frenarlo.

-Estamos fiándolo todo a dentro de un año; a que pueda salir un documento que después tiene que ser validado por el Papa o no. Porque, al final, la última palabra la tiene Francisco. No sabemos tampoco quiénes van a participar en la segunda Asamblea, si van a ser los mismos que la primera.

-Son los mismos. Hubo una pregunta en la sala de prensa y Paolo Ruffini dijo que serían los mismos los que iban a participar. Siempre pueden ocurrir imprevistos y hay que buscar a otros, pero han sido nombrados para participar en la Asamblea de las dos convocatorias.

-¿Qué se juega la Iglesia en lo que vaya a suceder de aquí a que salga un documento, o a que el Papa tome alguna decisión? ¿O qué pasa si no pasa nada?

-Yo creo que que algo va a pasar, por encima de los documentos y de las temáticas que puedan salir en estos momentos, para mí, lo fundamental es aprender a ser una iglesia en donde las decisiones son tomadas después de escuchar a los otros.

El problema de la Iglesia es un problema de autoridad y de cómo se ejerce la autoridad. Que un párroco no tenga miedo de de escuchar al Consejo parroquial y que solamente si hay algo de extrema gravedad, no tenga miedo en asumir lo que el Consejo parroquial decide. Que un obispo no tenga miedo de escuchar a las diferentes estructuras de la diócesis para tomar las decisiones.

Yo creo que o entendemos que el ordeno y mando se acabó, o esto no va a funcionar. Porque la sociedad actual vive parámetros completamente diferentes al autoritario. Y el autoritarismo acaba alejándonos de la gente. Un padre no puede decir a su hijo, me obedeces porque soy tu padre, eso ya pasó a la historia. En la Iglesia es lo mismo, si dices, me obedeces porque soy el párroco o porque soy el obispo, mucha gente se va a reír de ti. Es ese es el gran cambio que tiene que haber.

Si yo no soy capaz de escuchar a todos y de tener en cuenta la opinión de todos para tomar las decisiones, que en principio tengo que tomar porque alguien tiene que decidir, la Iglesia cada vez se va a quedar con menos con menos gente.

Sínodo
Sínodo

-¿Y crees que eso va a pasar?

-Yo tengo esperanza de que pase porque yo vivo esa realidad. La iglesia de Brasil está dividida en regionales. Y el regional en el que yo estoy, es la Asamblea Nacional, no es la asamblea de los obispos. Y allí hay siempre hay un representante de los jóvenes de cada diócesis, de los pueblos indígenas, de la vida religiosa… Muchas veces no hace falta ni votar, pero si hubiese que hacerlo, todo el mundo vota y todo el mundo habla. Y nadie dice, a ver lo que dice el obispo. Eso es algo fundamental.

-Que aquí en Europa, de momento, parece impensable porque tenemos una rémora institucional mucho más grande que la que puedan tener otros rincones.

-Pero, por ejemplo, el arzobispo de Panamá, cuando hubo una Asamblea sinodal el año pasado, decía abiertamente, yo evite votar porque creo que yo no tengo que votar. Yo tengo que escuchar. Y después él sabe que decidir y decide, de hecho. Pero lo hace a partir de aquello que ha escuchado; ese es el gran paso que dar. No tener miedo de sentarse en una mesa con alguien que piensa diferente. No tener miedo de sentarse en una mesa y no tener miedo de decir, pues aquí las mujeres también deciden. O también opinan para poder decidir.

Ése es el gran paso que hay que dar. Eso de lo que diga el señor cura, yo creo que ya debería haber pasado a la historia.

-Dios te oiga, Luis Miguel. Muchísimas gracias por este mes, por lo que sigues haciendo con Religión Digital y, de alguna manera y desde aquí también, por la construcción de esa Iglesia para todos, todos, todos. Y esperaremos a estos 11 meses y después a lo que suceda en octubre. Nos ayudarás a contarlo, espero. Y buen viaje de regreso, que supongo que tendrás ganas de volver a tu otra patria, a Brasil.

-Sí porque, al final, la vida de está allí. Pero, yo creo que no podemos perder la esperanza. No adelantemos decisiones de algo que está todavía en proceso.

-Sigamos adelante, en todo caso. Muchas gracias. 

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