"La comunidad internacional considera injustificable y rechaza como inadmisible la tendencia a mantener o introducir leyes o comportamientos inspirados sistemáticamente en prejuicios racistas…Todos deben tener igual acceso a la vida económica, cultural, cívica y social y beneficiarse de la distribución equitativa de la riqueza de la nación, mientras son tratados por igual ante la ley… El racismo conduce a "una mentalidad xenófoba", ya que las personas se encierran en sí mismas por miedo al otro” (papa León XIV).

Ecuador se encuentra en la tercera semana del paro iniciado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE)tras la eliminación del subsidio al diésel. Como mencionó el Cardenal Luis Cabrera: “el alza del combustible no es más que un detonante de toda una realidad llamada pobreza”. A pesar del pedido de la Iglesia y de tantos actores sociales para resolver esta crisis por medio del diálogo, que no ha tenido acogida, no se anticipa una solución pronta.

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"El levantamiento indígena ha provocado campañas de desprestigio, acusaciones e insultos recurrentes desde sectores de poder político, económico e ideológico, llamándolos “indios vagos”, delincuentes, terroristas, cómplices del narcotráfico..."

La polarización entre posturas contrapuestas se ha exacerbado y ha puesto en vigencia una lacra social que creíamos superada: el racismo. El levantamiento indígena ha provocado campañas de desprestigio, acusaciones e insultos recurrentes desde sectores de poder político, económico e ideológico, llamándolos “indios vagos”, delincuentes, terroristas, cómplices del narcotráfico... Estos improperiosse desatan en redes sociales y medios de comunicación masivos. Similares acusaciones y actos de marginación sufren afrodescendientes, montubios y mestizos de algunos sectores populares.

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Las actitudes de racismo y xenofobia encierran en sí mismas miedo al otro, al diferente; demuestran inseguridad y una falta total de conocimiento, educación o empatía. Pero el factor decisivo que refuerza la exclusión social y la deshumanización del prójimo es la pobreza. Un indígena o un migrante con recursos económicos suele ser menos  discriminado y rechazado que un indígena o migrante pobre o en situación de vulnerabilidad, lo que evidencia el peso de la aporofobia en las dinámicas sociales excluyentes. Tratar de imponer una falsa superioridad o supremacía por cuestiones de raza (que no puede sostenerse en un mínimo análisis científico), etnia, religión o situación económica implica un intento por mantener estructuras para conservar privilegios, en base a un poder injusto, violento e injustificable. El racismo, la xenofobia y la aporofobia son pecados sociales intolerables desde una perspectiva cristiana.

"Las nacionalidades y pueblos tienen una fuerza estratégica fundamental: su espíritu comunitario"

Lamentablemente el racismo tiene muchos siglos de historia. La explotación y marginación de los indígenas y afrodescendientes se ha basado en mecanismos de opresión que tradicionalmente negaban toda equidad y acceso a mínimas oportunidades.  Sin embargo, esta situación es insostenible, porque las personas vulneradas han tomado conciencia de sus derechos y de la situación injusta que en muchas de sus comunidades y territorios soportan.

Las nacionalidades y pueblos tienen una fuerza estratégica fundamental: su espíritu comunitario, que les permite movilizarse de forma unitaria para defender sus derechos, que generar miedo o cuestionamientos en una sociedad en la que prima el individualismo. Por eso también se busca dividirlos y desprestigiarlos, porque sus valores y prácticas diferentes son vistos como una amenaza para el orden establecido. No obstante, los valores comunitarios no se destruyen fácilmente.

"Es importante valorar la riqueza que aportan a nuestra patria las diferentes nacionalidades y pueblos ecuatorianos y los hermanos inmigrantes, que, con su trabajo y cultura propias, nos hacen crecer en humanidad y solidaridad"

Paradójicamente, a pesar de que miles de ecuatorianos han emigrado al mundo, el país tampoco está exento de actitudes xenofóbicas. Esto se enmarca en una corriente de xenofobia internacional donde las políticas que se establecen en algunos países tratan de limitar, rechazar y expulsar a los migrantes, aunque los necesiten como mano de obra barata para mantener sus niveles de vida.

Es importante valorar la riqueza que aportan a nuestra patrialas diferentes nacionalidades y pueblos ecuatorianos y los hermanos inmigrantes, que, con su trabajo y cultura propias, nos hacen crecer en humanidad y solidaridad.

Desde la fe cristiana sabemos que los seres humanos y la naturaleza tenemos una dignidad que viene de Él y no puede ser atropellada. En el Antiguo Testamento se habla permanentemente del respeto al extranjero: “El Señor protege al extranjero, sostiene al huérfano y la viuda” (Salmo 146, 9) y en Lucas, 10, 25-37 Jesús pone a un samaritano, una persona despreciada y víctima de racismo por parte de los judíos puros, como ejemplo del amor al prójimo. Si no logramos comprender esto, quizá debamos replantearnos una vez más la naturaleza de nuestra fe.