Corpus Christi Resucitado Corpus Christi en ambiente Zen

Comerte es ser por Tí comido

     El Cristo de Velázquez, icono de Vida en la muerte, encarna en el tokonoma del Zendô  la Buena noticia eucarística: vosotros me veréis, pues vivo y viviréis (Jn 14, 19).

     El verso de Unamuno es un Kóan prototípico para la meditación Zen en la solemnidad del Corpus Christi:

    ¡COMERTE ES SER POR TÍ COMIDO!    

     Comer el Pan de Vida es ser comido (absorbido, asimiliado, asumido) por la Vida de toda vida.

 El cuadro del pintor y el verso del poeta sonsímbolos recordatorios.

 Comer y beber el pan y vino de vida son símbolos sacramentales.

     El símbolo recordatorio es solo como una foto, que evoca presencia ausente.

     En cambio, el símbolo sacramental es como el abrazo, realiza lo que significa y encarna presencia real: fundirse, unirse, identificarse.

     “Ni dos ni uno, sino dos en uno”, como nos repetía el Maestro Kadowaki

      Consagrar no es magia prestidigitadora ni milagro antinatural.  Consagración es transformación y transignificación de toda vida en Manifestación de la Vida (Genjô Kôan).

      Ya antes de la epiklesis: Palabra que invoca al Aliento de Vida, ya antes de impetrar la acción creadora sobre las offendas, ese pan y ese vino no eran meramente pan y vino, sino sugerencia silenciosa de presencia absoluta de la Vida creadora en toda vida.

      Ahora la Palabra de Vida ha explicitado esa Presencia real del Todo en todo, del Absoluto infinitamente personal que lo llena todo. La Presencia elusiva se ha convertido en Epifanía de la Vida. Por eso el Corpus que recibimos y en el que somos recibidos al comulgar es el Corpus espiritual del Resucitado,  El Que Vive y lo llena todo (Eph 4, 10) Imposible comprender la Eucaristía si no es a la luz de la Resurrección.

      Para comulgar profundamente hay que aprender todas las dimensiones del Corpus:   contemplar la vida, compartir vida, comprometerse para liberar vidas de muerte, convivir y con-morir para vivir eternamente en la Vida de la vida.

      Comulgar no es antropofagia, no es comer cuerpo y sangre físicos, sino hacerse uno con quien me hace ser lo que soy y así poder llegar a hacerme lo que soy: el yo originario (en japonés, honrai no jiko), lo que era antes de nacer, como anhelaban antiguos maestros, sapientes y.profetas.

      Hazte el que eres, decía Píndaro.

      “Come mi vida y bebe mi muerte para tener vida definitiva: vivir en mí y vivir yo en tí, como Abba vive en mí y yo en Él” (Jn 6, 51 y 14, 20).

       Eucaristía es agradecer y compartir, revivir el drama del que se parte y reparte para compartir la Vida de la vida. Dar gracias por la Vida, dejar que se derrame la vida para vivir dando vida y vivir la Vida en la muerte.

       Al celebrar este año los cincuenta años de mi incorporación al ministerio de la Palabra y el Pan de Vida al servicio de la Comunidad de El Que Vive, los versos icónicos de Unamuno se convierten en Kôan de Introito para sentarme a meditar antes de la celebración con el grupo de Zen ignaciano""

...persigues a quien amas, y si te huye

 le acosas con ahinco y acorralas...

 sin dejarle vivir, de sed se muere...

 parado el corazón, de hielo el rostro,

 siente tu sangre que la sed le apaga,

 siente el abrazo de la dulce muerte

 que le lleva a la vida a que escapaba.

(Cristo de Velázquez, I 22)

...por Tí comulga Dios con sus mortales;

tierra y agua de Dios son pan y vino

del hombre, y Dios con ellos hombre se hace...

Tu cruz cual una artesa en que tu Padre

hiñera con sus manos nuestro pan.

(id. I, 17)  

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