Mons. Jorge García Cuerva: Las pistas pastorales del nuevo Arzobispo de Buenos Aires para la iglesia en salida que pide el papa Francisco

Mons. Jorge García Cuerva, arzobispo electo de Buenos Aires
Mons. Jorge García Cuerva, arzobispo electo de Buenos Aires

Los pasos que dará el arzobispo electo de Buenos Aires para la iglesia en salida tienen sus antecedentes en la construcción hecha en Río Gallego donde estuvo como pastor diocesano un poco más de tres años.

Allí pidió perdón a los pueblos originarios, pidió coherencia de vida cotidiana y sacramental y pidió trabajar por los descartables. De hecho inauguró el Año Eucarístico con un potente símbolo: en medio de una basural existente en las afueras de la ciudad de Río Gallego.

Ahora, a su feligresía porteña, desde su saludo inicial, animó a aceptar la diversidad de la gran ciudad teniendo un corazón abierto.

A través de dos cartas emitidas el viernes último, más otras cartas pastorales anteriores, el arzobispo primado electo de Buenos Aires, Jorge Ignacio García Cuerva, da pistas de su estilo como pastor, sus convicciones teólogicas y su proyecto eclesial que comparte con el papa Francisco.

La primera de las últimas misivas, es la carta con la que se despide de su diócesis de Río Gallegos, en el sur patagónico de Argentina, donde ejerció como pastor diocesano desde el 3 de enero de 2019 hasta el pasado 26 de mayo. Con la segunda, saluda a su nueva feligresía porteña, una de las ciudades más grandes de América Latina.

SER PASTOR

"Las lágrimas son parte del abrazo", tituló la primera dirigida a la iglesia de Río Gallegos para comunicarle que el papa Francisco lo había elegido arzobispo de Buenos Aires.

Hoy “ quiero darles gracias: gracias porque aquí, en la diócesis del fin del mundo, fui aprendiendo a ser obispo diocesano junto al pueblo, soñando juntos un Iglesia hospital de campaña como nos dice el Papa”.

“Gracias porque nos animamos a los cambios, dejamos que el Señor nos despierte, que ‘nos pegue’, en palabras de Francisco, un sacudón en nuestra modorra y nos libere de la inercia y del “siempre se hizo así”

Y concluye “Gracias porque ni el clima nos frenó, y pudimos encarnar la Iglesia en salida, saliendo al encuentro de los que no están, de los más alejados. Nos fuimos involucrando de lleno en la realidad, acompañando a los que sufren, porque Cáritas somos todos; y celebramos la vida con alegría y pasión, a pesar de tantas dificultades”.

TENER UN CORAZÓN ABIERTO

Entre tanto, en la misiva enviada a su nueva feligresía, en la capital, el arzobispo electo Jorge García, comparte “algunas reflexiones, y un saludo grande desde el corazón que, emocionado le dice a Jesús, como Pedro en el evangelio de la misa de hoy: ‘Señor, tú lo sabes todo. Sabes que te quiero’ (Jn 21, 17)”.

Como nuevo pastor de la arquidiócesis porteña pidió “que nos miremos, que podamos detener un poco el ritmo vertiginoso propio de la ciudad y reconocernos; descubrirnos en la mirada del hermano, porque Jesús sigue caminando por nuestras calles en las personas con las que nos cruzamos”.

Para ello, continuó, es necesario “salir de nosotros mismos, tener un corazón abierto, superando nuestros propios límites. Animarnos a la diversidad propia de la ciudad, y forjar entre todos la cultura del encuentro de la que tanto nos habla el Papa Francisco, frente a la cultura de la indiferencia”.

“Nos iremos encontrando en la calle, en el colectivo, en el subte, en las parroquias y colegios, o en una plaza, e iremos compartiendo la fe y la vida. También yo me iré reencontrando con mi historia en la ciudad, con mi infancia, con mis años de colegio secundario y universidad, con mis afectos, con mi vida familiar”, agregó.

Y concluyó: “Desde mis propias heridas y fragilidades, quiero entrar en comunión con las heridas del pueblo de la ciudad, con mis hermanos obispos auxiliares, con mis hermanos sacerdotes, con los religiosos y religiosas, con los laicos y laicas, con los ancianos, jóvenes y niños; experimentando todos, la infinita misericordia de Dios que nos ama y nos hace hermanos”.

TIEMPO DE OPORTUNIDADES

Mons. Jorge Garcia Cuerva
Mons. Jorge Garcia Cuerva

Mons García Cuerva en Río Gallego emitió importantes cartas pastorales a su iglesia. En 2020, en plena pandemia, pidió construir un nuevo modelo eclesial.

Decía: “este tiempo de pandemia, es tiempo de oportunidades, de un nuevo modo de ser Iglesia, de nuevas maneras de pensar, de nuevos agentes pastorales; lo que no podemos es caer en la tentación de creer que esto es un momento de transición, y que en unos meses volveremos a hacer todo como antes. Tampoco, creer que todo empieza ahora; tenemos una historia; un camino ya recorrido y la experiencia de nuestros mayores, haciéndonos cargo de las raíces, porque de ellas viene la fuerza para crecer y fructificar”.

PERDÓN

Luego, con motivo de los 500 años de la celebración de la primera misa en territorio argentino, el 1 de abril de 2019, el obispo García Cuerva pidió perdón a los pueblos originarios por la violencia de la Iglesia. "Reconocemos que muchas veces en esta historia, la Iglesia no fue fiel al Evangelio de Jesús; por eso hacemos nuestro una vez más el pedido de perdón a los pueblos originarios, quienes muchas veces no fueron respetados en su cultura".

Añadió que es necesario pedir perdón porque "hubo pecado, hubo pecado y abundante, y por eso pedimos perdón, pero allí también donde hubo pecado, donde hubo abundante pecado, sobreabundó la gracia a través de esos hombres que defendieron la justicia de los pueblos originarios", citando luego a Bartolomé de las Casas y a "los teólogos como Francisco de Vitoria y de la Universidad de  Salamanca".

Esta celebración dio lugar al Año Eucarístico, que inició en medio de un basural porque "quisimos reflejar la imagen de lo que significa tratar a mucha gente como basura, sacándola de nuestro corazón, de nuestra mente, de nuestras vidas, de nuestra sociedad. Francisco, en la encíclica Laudato si, expresa que muchos problemas en el mundo están íntimamente ligados a la cultura del descarte, que afecta tanto a los seres humanos excluidos como a las cosas que rápidamente se convierten en basura".

Y reflexionando sobre la eucaristía, el obispo pedía coherencia entre el rezar y el actuar en lo cotidiano. "Hoy esta historia puede resultarnos muy fuerte y sangrienta; podemos preguntarnos cómo enseguida después de celebrar una misa, esas mismas personas son capaces de hechos tan terribles, en medio de una sublevación. Pero también podemos pensar cuántas veces hoy, luego de celebrar nuestras Eucaristías dominicales, nos tratamos mal, nos ignoramos, hablamos unos de otros".

LA NECESIDAD DE CAMINAR 

Posteriormente, en mayo de 2022, reflexionaba sobre el pasaje evangélico del Peregrino de Emaús. Y señalaba: “El caminar juntos es la forma más eficaz de manifestar y poner en práctica la naturaleza de la Iglesia como Pueblo de Dios peregrino y misionero. Por eso esta carta pastoral intenta ser un aporte a este momento de la Iglesia; que cada comunidad de la diócesis, cada parroquia, cada institución educativa, cada grupo pastoral, cada equipo de trabajo, pueda revisar su modo de ser Iglesia y su caminar pastoral”.

En la oportunidad comentó que “así como el caminar cambia el físico, también cambian las comunidades al estar en movimiento. Por eso el Papa nos insiste con ser una Iglesia en salida, una Iglesia que no se queda encerrada entre las paredes del templo o de los salones parroquiales, sino una Iglesia que anda, que se mueve, que sale al encuentro de los demás, que se involucra en las distintas realidades de la sociedad, anunciando al Dios de la Vida y la Misericordia”.

Y pedía a sus feligreses, “que nuestro caminar sea un andar entusiasta, liviano de equipajes, un caminar que se hace cargo de los dolores propios y de los hermanos, peregrinos que miran al costado, que caminan con otros, con ideales, con sueños, con metas. Conducir nuestras jornadas con paso alegre, mirando adelante con confianza, sin arrastrarnos con desgano, esclavos de las lamentaciones”.

El obispo García citaba en esta carta de hace un año, a un gran santo de América Latina para enfatizar la necesaria centralidad en Jesucristo. Recordó la idea de monseñor Óscar Arnulfo Romero: ”El cristianismo no es un conjunto de verdades que hay que creer, de leyes que hay que cumplir, de prohibiciones. Así resulta muy repugnante. El cristianismo es una persona que me amó tanto que reclama mi amor. El cristianismo es Cristo”.

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