El Papa podría aceptar la invitación de los obispos franceses para asistir a un encuentro de jesuitas Crecen las opciones de que Francisco canonice a Charles de Foucauld el 30 de octubre en Marsella

Carlos de Foucauld, a los altares
Carlos de Foucauld, a los altares

Francisco decidirá el próximo lunes la fecha y lugar de la canonización de de Foucauld. "Es muy importante para la Iglesia", aseguró el Pontífice

El padre de la "espiritualidad del desierto" ya fue beatificado, en 2005, por Benedicto XVI

Después de su visita a Estrasburgo en 2014, el Papa podría volver a Francia, sin nuevamente pasar por París, a fines de octubre. ¿El motivo? Uno doble: Por un lado, la invitación de los obispos del país para participar de un encuentro de jesuitas que se hará en Marsella el 30 de octubre. Por otro, la posible canonización, ese mismo día en la ciudad-puerto del Sur francés, de Charles de Foucauld.

Con la invitación episcopal aún sobre la mesa desde inicios de año, el Papa decidirá el próximo lunes la fecha y lugar de la canonización de de Foucauld, misionero francés asesinado en Argelia en 1916. La semana pasada, el Papa deslizó en algunas conversaciones la posibilidad de ir el mismo a canonizarlo en la ciudad convertida también en un símbolo de la inmigración norteafricana. “De Foucauld es muy importante para la Iglesia”, dijo frente a una familia que lo visitó días atrás.

La invitación de los jesuitas, formulada por el arzobispo de la segunda ciudad de Francia, Jean-Marc Aeline, fue transmitida oficialmente a Bergoglio en diciembre pasado, durante una visita del presidente del episcopado, Eric de Moulins-Beaufort.

Encuentro con obispos franceses en el Vaticano
Encuentro con obispos franceses en el Vaticano

Bergoglio ya viajó a Francia en 2014, pero para una visita de pocas horas al Parlamento europeo, durante la que no pasó por la capital París. De producirse, el viaje de octubre tampoco incluiría a la ciudad de la Torre Eiffel, en principio.

Nacido en Estrasburgo en 1858, Carlos de Foucauld fue asesinado en diciembre de 1916 por una banda de forajidos en la puerta de su ermita en el Sahara argelino y pronto se estableció una verdadera devoción en torno a su figura: nuevas congregaciones religiosas, familias espirituales y una renovación del eremitismo y de la “espiritualidad del desierto” en pleno siglo XX se inspiraron en sus escritos y en su vida.

El 13 de noviembre de 2005 fue proclamado beato durante el papado de Benedicto XVI.

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