Navidad: nada hay "incuidable" Navidad: vulnerabilidad y cuidados

Ya han montado su portal. Tienen un local donde también podrán vivir. Lo han preparado desde la mayor sencillez y austeridad, con la plenitud del gozo y del cuidado. Será la tienda de Lourdes y todo allí estará lleno de bondad y ternura. Ayer recibían un microondas, tabla de plancha y brasero para camilla... me llamaban como locos, se los habían llevado de la tienda y eran nuevos. No saben como agradecer, están superados de  proximidad, la parroquia y sus feligreses quieren cuidarlos. Nos gusta esta iglesia de belenes vivientes.

Acaban de llegar y son ya nuestros

Acaban de llegar de Brasil, Lourdes y Osvaldo, durmieron en una tienda de campaña las últimas semanas, al final llegaron a Badajoz y los acogieron en el centro hermano de Cáritas, desde allí se han organizado y han recibido acompañamiento y asesoramiento desde distintos cauces, también en nuestra parroquia y al final la “Banca ética de Badajoz” – yo la considero divina- se ha aproximado a ellos con una confianza total para apoyarles en un proyecto de negocio de costura y otras tareas afines. Están locos de contentos, ya tienen local preparado por ellos mismos y están comenzando sus tareas, mucha gente los está acogiendo y favoreciendo. Yo disfruto de verlos y caminar con ellos.

La navidad tiene vida

navidad

¿Alguien se apunta al evangelio de la proximidad y la vecindad que proclama la navidad cristiana? Ya está muy próximo a nosotros, viene a visitarnos, se hará vecino del mundo, de la humanidad, y lo hará desde la aldea, la casa, la pequeña familia, el trabajo, los amigos, los pobres… No puede haber mayor grandeza de misterio, ni preparación para recibirlo, que pasar por la renovación de lo próximo y la construcción de nuestra identidad de vecinos queridos. Como ha hecho la banca ética.

El mundo necesita redescubrir el rostro de lo humano, organizarse situando a la persona en el centro de toda la historia, en una naturaleza cuidada como casa común de todos los hombres. La invitación en este final de adviento es a ser la casa de la acogida, a provocar la invitación y ejercer la hospitalidad.

Basta abrir la puerta de al lado para encontrarlo

Nuestro Dios está en la puerta de al lado, bastará que abramos la puerta para saludarlo y dejar que entre a compartir nuestro pan. Si lo hacemos, se curarán nuestras heridas, se perdonarán nuestras culpas y vacíos, nacerá nuestra carne más sana, la del pueblo en la mejor vecindad, en la relación divina de ese pequeño que ya está llegando. Viene con una señal que grita el deseo de sentirnos cerca y poder juguetear en nuestras casas personales. Nosotros deseamos que nuestra parroquia sea casa de cuidados, donde se aprenda a cuidarse, a cuidar a los demás y cuidar todo lo creado. Donde se pueda llegar al convencimiento profundo de que puede haber situaciones incurables pero ninguna será “incuidable”, todas se pueden rodear de amor y cuidados.

Oremos...

Hoy, Señor, necesitamos tu presencia en nuestros corazones para saber encarnarnos nosotros los unos en los otros, como tú ha hecho de una vez para siempre. Encarnarnos para ser unos de los otros, sentirnos nosotros, un nosotros cada vez más grande. Lo necesitamos vivamente, el mundo busca la luz, estamos a oscuras y sabemos que tú sales a nuestro encuentro en cada hombre y en cada acontecimiento si sabemos adentrarnos con tu espíritu de encuentro y de proximidad.

José Moreno Losada.

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