El vino al mundo, es la luz "El es la luz del mundo que vino a los suyos"

Dios se ha religado para siempre y quiere servirnos como lucero, para que no nos perdamos en la oscuridad de la noche, ni en la sed del desierto que pueda asolar nuestras vidas y la de nuestros hermanos. El es luz, y nosotros tenemos su reflejo para iluminarnos y caminar juntos construyendo la historia y cuidando de toda realidad

II DOMINGO DESPUÉS DE NAVIDAD

5 de Enero 2020

luz

"Él es la luz...vino al mundo, a su casa, a los suyos"

“No está aquí, se ha hecho hombre”, así puede ser el cartel que nos encontremos si buscamos a Dios fuera de lo humano y del mundo.

El creador se ha hecho criatura y ya no hay nada en el mundo que le sea ajeno. Su amor, su palabra, su luz, su vida se ha comprometido con la naturaleza y con la historia humana.

Dios se ha religado para siempre y quiere servirnos como lucero, para que no nos perdamos en la oscuridad de la noche, ni en la sed del desierto que pueda asolar nuestras vidas y la de nuestros hermanos.

El es luz, y nosotros tenemos su reflejo para iluminarnos y caminar juntos construyendo la historia y cuidando de toda realidad, porque nada se hizo sin El.

Mirar la vida propia y ajena, cuidar nuestra naturaleza y nuestro mundo, es confesar que nuestro Dios es el Dios de la casa común. Casa en la que la ternura y el cuidado ha de ser transversal y fermentar el pan nuestro de cada día, el que hemos de poner en la mesa para que alimente a todos.

Nadie sin luz, nadie sin amor, nadie sin vida, porque Dios ha puesto su tienda entre nosotros. Nada de un mundo sin amor, porque nos ha sido regalado por el que nos ama.

la vida y la luz

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