Navidad y su luz... hemos visto su estrella "La nochebuena, la luz del día y nosotros"
Pequeñas píldoras para una solemnidad de lo humano y de lo divino, adentrarse en la noche, abrirse a la luz del día, y reconocer la referencia de lo comunitario y familiar como lugar de compasión y proceso hasta la LUZ de la VIDA y el AMOR.
| José Moreno Losada
“Jesús: Dios con nosotros”
La noche de lo sublime
La alegría y la luz del cielo
Hoy la tierra está llena de la alegría del cielo, los ángeles han provocado el gozo de los humanos y han señalado el centro de la historia, en la singularidad de lo último, en la piedra que desecharon los arquitectos y ahora es la piedra angular ¿Quiénes se alegran? La gente más sencilla del pueblo, los que no cuentan, los que perciben las señales más pequeñas e insignificantes de la historia. Hoy, ante un niño recién nacido, se les alegra el alma porque descubren cómo se renueva la confianza de Dios en los hombres cada vez que aparece un rostro nuevo ante la luz del mundo. Ojalá pudiéramos entender que la raíz de nuestra fe ha de estar en la gracia de nuestro propio nacimiento, es ahí donde se nos revela que el fundamento de nuestra vida está en la donación total de un vivir que es puro regalo, don de alguien que nos ama sobre todas las cosas. En el niño de Belén está la gran noticia de que el Todopoderoso, el Creador, antes que nada, es Padre, y eso nos lo revela en el Hijo. Me descubro amado como hijo único del Padre en el corazón sencillo del niño de Belén.
El nosotros de Dios y el Dios del nosotros
Ya no hay marcha atrás. El Dios Padre que se nos revela en el hijo, por la fuerza del Espíritu nos muestra la vocación sagrada de lo humano en el ejercicio de la comunión en unas relaciones que son de puro amor. Nuestro Dios lo es de la comunidad que se engendra en la razón de la entrega gratuita, ahí está la clave de la familia. Allí donde hay afirmación del otro con la entrega de uno, allí está el amor de Dios, el sentido verdadero de la familia. La humanidad tiene vocación de familia, todos ansiamos entrar en la red de lo comunitario para poder ser de verdad quienes somos. No hay yo sin tu, el nosotros es la condición de la posibilidad para la realización de lo humano. La vocación es definitiva, como nuestro Dios, estamos llamados a la fraternidad, ahí está la verdadera misión. O somos familia o nos destruimos. No hay otra alternativa para la plenitud, o familia o condenada soledad. No hagamos de la familia conflicto que ella es imagen de Dios verdadero.
José Moreno Losada