Escuela de Monacato laico: una espiritualidad no-dual comprometida para el siglo XXI
Nace una escuela que ofrece cursos de espiritualidad no-dual comprometida de inspiración cristiana con una perspectiva laica e interreligiosa
| José Antonio Vázquez
En un tiempo marcado por la injusticia, la violencia, el autoritarismo, el individualismo, la superficialidad y el exceso de estímulos, cada vez más personas buscan espacios donde reconectar con lo esencial. La espiritualidad no es ya un privilegio de monasterios apartados o de caminos reservados a unos pocos, sino una necesidad compartida por quienes desean habitar el mundo con más conciencia, compasión y sentido.
En este contexto surge la propuesta del monacato laico, una vía espiritual inspirada en la tradición monástica universal, pero adaptada a la vida cotidiana de hombres y mujeres que trabajan, forman familias y viven inmersos en la complejidad del presente. Lo novedoso es que esta propuesta se apoya en una espiritualidad no-dual comprometida, un enfoque que trasciende las divisiones —interiores y sociales— y se traduce en prácticas concretas de transformación personal y comunitaria.

Espiritualidad no-dual: unidad en la diversidad
Hablar de espiritualidad no-dual es hablar de una experiencia que va más allá de los opuestos: dentro/fuera, sagrado/profano, yo/otro. No se trata de negar la diversidad de formas en que la vida se manifiesta, sino de reconocer que todas ellas participan de una misma realidad fundamental.
La propuesta del monacato laico parte de este horizonte no-dual: No hay que huir del mundo para encontrar a lo divino. No hay separación entre lo espiritual y lo cotidiano: cocinar, trabajar, amar o meditar pueden ser expresiones de lo mismo.No se trata de elegir entre tradición o modernidad, sino de integrar lo más vivo de cada fuente en una práctica actual y transformadora.
Esta espiritualidad no-dual no se queda en la experiencia interior. Es también comprometida: invita a encarnar esa unidad en la vida social, en el modo de relacionarnos con los demás, en la forma de cuidar la naturaleza y en la construcción de una convivencia más justa y compasiva.
El monacato laico: un arquetipo espiritual más allá de la religión
Tradicionalmente, el monacato se ha vivido en comunidades apartadas de tipo religioso: monasterios, conventos, ashrams o templos donde los monjes cultivaban el silencio, la oración y la contemplación. Antaño eran guardianes de una sabiduría profunda, pero a menudo inaccesible para quienes vivían en el mundo “ordinario”. Hoy, poco a poco, estas comunidades han caído en una decadencia manifiesta, y son formas muchas veces que practican un espiritualismo evitativo, descomprometido, en ocasiones, muy deshumanizado.
El monacato laico recupera esa esencia monástica, pero la abre y democratiza. Propone que cualquiera —sin importar su credo, condición o circunstancias— puede vivir una actitud monástica en la vida cotidiana. ¿Cómo?
Practicando el silencio en medio del ruido urbano.
Viviendo con sencillez y atención plena en los gestos ordinarios.
Integrando prácticas contemplativas en la jornada laboral, en el hogar, en las relaciones.
Comprometiéndose con el mundo, no desde la evasión, sino desde la conciencia de unidad que impulsa a actuar con compasión y justicia.

La Escuela Monacato Laico
Para acompañar este camino, nació la Escuela Monacato Laico, un espacio pedagógico y vivencial donde se ofrecen cursos y programas que permiten experimentar la espiritualidad no-dual desde una práctica concreta y accesible.
La escuela no es un monasterio físico, sino una comunidad de aprendizaje y experiencia que integra recursos online, encuentros presenciales y acompañamiento personalizado. Su propósito es claro: ofrecer formación transformadora que ayude a integrar la mística en la vida diaria.
Una espiritualidad comprometida
Uno de los rasgos más relevantes del monacato laico es que no invita a la evasión, sino al compromiso. La espiritualidad no-dual, al revelar que todo está interconectado, despierta también una conciencia ética: cuidar del mundo y cuidar de uno mismo.
Por eso, la escuela subraya la importancia de integrar esta experiencia en la vida social:En las relaciones personales, cultivando la empatía y la compasión.En la vida laboral, actuando con coherencia y respeto.En el cuidado de la tierra, reconociendo la naturaleza como sagrada.En la vida comunitaria, promoviendo la justicia y el diálogo entre culturas y religiones.

Aquí puedes acceder a la escuela y ver sus cursos grabados y en directo: Escuela de Monacato Laico
La espiritualidad no-dual comprometida es, en última instancia, una forma de transformar la sociedad desde dentro, partiendo de la transformación interior de cada persona.
El monacato laico es mucho más que una metodología formativa: es una invitación a vivir una espiritualidad no-dual comprometida, accesible a todos, capaz de transformar tanto la vida interior como la convivencia social.
A través de la Escuela Monacato Laico Formación y sus cursos, esta propuesta abre un camino vivo, interreligioso y universal para quienes buscan ser monjes en medio del mundo, sin necesidad de retirarse de él.
Una propuesta radicalmente contemporánea: habitar el presente con plena conciencia, en la certeza de que todo está interconectado, y traducir esa experiencia en compromiso con la vida.