El compositor reivindica el legado musical del monasterio y el papel clave de la Escolanía en su formación Bernat Vivancos, en Roma para celebrar el Milenario de Montserrat: "Es la esencia de todo"

Bernat Vivancos
Bernat Vivancos

Esta semana, Roma se ha llenado de música, historia y espiritualidad benedictina con motivo de la celebración del Milenario del Monasterio de Montserrat

Uno de los protagonistas ha sido el compositor Bernat Vivancos, antiguo escolán, actual profesor de composición en la ESMUC y uno de los nombres más relevantes de la música coral contemporánea

Desde la emblemática plaza Navona, rodeado de arte e historia en la capital italiana, Vivancos comparte sus impresiones sobre este evento tan especial

(Agencia Flama).- Esta semana, Roma se ha llenado de música, historia y espiritualidad benedictina con motivo de la celebración del Milenario del Monasterio de Montserrat. Uno de los protagonistas destacados ha sido el compositor Bernat Vivancos (Barcelona, 1973), antiguo escolán, actual profesor de composición en la ESMUC y uno de los nombres más relevantes de la música coral contemporánea.

Desde la emblemática plaza Navona, rodeado de arte e historia en la capital italiana, Vivancos comparte sus impresiones sobre este evento tan especial, que ha incluido conciertos, conferencias y la inauguración de una exposición sobre los mil años del monasterio de Montserrat. Un programa de actos que ha contado con el apoyo organizativo del Festival de Peralada, que este año celebra su 40º aniversario.

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Para Vivancos, estar en Roma en este contexto es “un honor profundo”. Tras expresar que se siente “muy bien acompañado” en los actos y conciertos programados, Vivancos destaca especialmente su participación —junto a Jordi-Agustí Piqué, monje de Montserrat y prior de Montecassino, y el musicólogo Sergi Casademunt— en la mesa redonda Milenario de Montserrat: de Terradellas a Vivancos, que tuvo lugar el pasado jueves en la Real Academia de España en Roma. Un título que él mismo considera demasiado generoso: “En mi intervención, dije que no soy digno de estar al lado de compositores tan importantes de la música montserratina”, admite.

Bernat Vivancos
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Vivancos también se muestra agradecido por los conciertos en los que se ha interpretado su música en distintos puntos de la capital italiana como parte de la conmemoración. Para él, representar a tantos compositores y maestros de la Escolanía de Montserrat de siglos pasados es una responsabilidad que asume “con respeto y gratitud”.

"Me he nutrido directamente de la gran herencia musical de Montserrat"

El compositor recuerda su paso por la Escolanía como un momento clave en su vida y en su formación musical: “Son años vividos con mucha intensidad. Para un niño de esa edad, cantar música tan hermosa en la basílica de Montserrat es la mejor formación posible. Después puedes ir a Oslo, París, Londres o Berlín para seguir formándote, pero lo que uno mama de pequeño es la leche materna, y eso es lo más importante”, señala.

Con una mirada profunda sobre la tradición musical montserratina, el compositor considera que la última generación de maestros —“como Ireneu Segarra, Gregori Estrada, Cassià Maria Just u Odiló Maria Planàs”, enumera— ha dejado un legado musical “único” desde una perspectiva europea. Además, añade, “muchos de estos maestros fueron mis profesores”, y por lo tanto, como tantos otros antiguos escolanes, “me he nutrido directamente de esa herencia”.

El músico catalán también destaca el papel de la Escolanía hoy en día, un coro considerado como una “institución excepcional”: “Los niños están acostumbrados a cantar ante miles de personas. Aquí en Roma representan 8 siglos de historia musical, materializados en tiempo real”, afirma, mientras son dirigidos por un Pau Jorquera que es, para Vivancos, “un buen músico y una buena persona”: “Montserrat ha sido muy inteligente al elegirlo”, subraya.

"El abad Gasch regaló un disco mío al Papa"

Entre los momentos emotivos vividos durante esta estancia en Roma, Vivancos recuerda la audiencia con el papa León XIV del pasado miércoles. El pontífice se acercó al grupo de Montserrat y el abad Manel Gasch le ofreció un disco del barcelonés, titulado Requiem. “Fue un gesto muy bonito”, admite el compositor.

Con una agenda siempre intensa —“viajo mucho y tengo muchos estrenos”, dice—, Vivancos prepara ya su próximo gran proyecto, que se estrenará pronto en Alemania. Se trata de una obra para coro y orquesta basada en 5 textos de 5 confesiones religiosas distintas, todos ellos con un mensaje abierto que habla de paz, convivencia y amor. “Es una manera de reivindicar un mensaje más global, sin etiquetas”, explica.

Lejos de cualquier tipo de nostalgia vacía, Bernat Vivancos vive esta celebración del milenario como una expresión viva de una tradición que nunca se ha roto. Montserrat, para él, no es solo un lugar o un recuerdo: “Es el origen, la formación, la inspiración y la memoria colectiva de una música que todavía hoy emociona y trasciende fronteras”, concluye.

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