¿Quién es el primero en los pueblos y quién es su representante, el párroco o el alcalde? Getafe: ¿la primera catedral del pueblo?

Iglesia de Santa María Magdalena. Getafe
Iglesia de Santa María Magdalena. Getafe

"La iglesia de santa María Magdalena, su titular, y la imagen del Corazón de Jesús, en el 'Cerro de los Ángeles', de su jurisdicción eclesiástica, eran hitos “religiosos” getafenses eminentemente preclaros a lo largo y ancho del camino hacia las tierras del Sur"

"A la catedral de Getafe le sobran motivos para esta reflexión a propósito del proceso de 'inmatriculaciones' de bienes muebles e inmuebles en los que hoy está inmersa la Iglesia y que, por demás, apenas si han comenzado a iniciarse…"

"La iglesia- catedral de Getafe será patrimonio público, le 'pertenecerá al pueblo', al igual que en tantos otros casos similares decidió el Tribunal de la Unión Europea"

"En su etimología árabe el concepto de 'Xeta' entraña mucho de 'algo largo', con nítidas referencias a lo de 'principal -Camino Real'- del de Madrid a Toledo y a Aranjuez"

"Por diversidad de razones y motivos, Getafe fue argumento literario para Lope de Vega en su 'Villana de Getafe' y Tirso de Molina, Hurtado de Mendoza y Ricardo de la Vega"

"Y es que la geografía, también la eclesiástica, es importante lo mismo para los obispos que para sus diocesanos y sus visitantes, tanto si son peregrinos, como simple y llanamente turistas. La geografía, al igual que la historia, son parte de la teología"

Varias y avanzadas son las razones por las que hacemos presente la catedral de Getafe, en la Comunidad Autónoma de Madrid, como estancia y descanso de nuestro peregrinaje pastoral y artístico por la mayoría de las catedrales de España, en la pluralidad de sus circunstancias y estilos.

De entre tales circunstancias acentuamos el hecho de que, hasta ya mediados el siglo XX, el edificio que habría de albergar posteriormente en Getafe su sede catedralicia, era el de mayores proporciones que se erigía en el horizonte con referencias para los viajeros que procedían de las tierras del Sur de España o de los que desde estas se dirigían a Madrid. La iglesia de santa María Magdalena, su titular, y la imagen del Corazón de Jesús, en el “Cerro de los Ángeles”, de su jurisdicción eclesiástica, eran hitos “religiosos” getafenses eminentemente preclaros a lo largo y ancho del camino hacia las tierras del Sur , sirviendo de guía la carretera N-IV, antes de su reconversión en autovía.

Prácticamente, y salvo raras excepciones, no se volverían a contemplar signos arquitectónicos de tales dimensiones y preferencias como los citados getafenses, hasta que se alcanzara la mezquita-catedral de Córdoba.

Polígonos Industriales, silos para la conservación de las cosechas del trigo y otros cereales, cuarteles militares, depósitos de agua potable para los pueblos y ciudades del trayecto, bloques de viviendas -“protegidas” o sin proteger-, torres de comunicación, castillos acondicionados para el turismo…. “desacralizaron” sus parajes, robándoles a las torres de sus respectivos templos, sus cruces y hasta sus cigüeñas. La “desacralización” del espacio ha sido y sigue siendo para muchos una de las plagas paganizantes de los tiempos actuales, aun cuando ellos mismos fueran, y sean, los usuarios predilectos en aprovechar las ventajas del AVE y del llamado progreso en general, con todas sus consecuencias y al servicio de la colectividad.

Pero al margen de estas y otras razones, a la catedral de Getafe le sobran motivos para esta reflexión a propósito de nuestra visita y estancia, y ellos son de tipo eclesiástico -político- administrativo suscitados a propósito del proceso de “inmatriculaciones” de bienes muebles e inmuebles en los que hoy está inmersa la Iglesia y que, por demás, apenas si han comenzado a iniciarse…

Porque, todo o casi todo lo que desde perspectivas diversas se ha dicho, escrito, publicado y litigado hasta ahora, apenas si ha sido, y es, parte de su introito. El camino a recorrer es mucho más largo, de lo que pudieran creer los ingenuos de uno y otro lado. Y además, escabrosos. Los intereses, y más cuando rozanlos linderos de la economía, por “santa” que sea, no son fácilmente virtuosos y, sobre todo, cuando se recurre a la fuerza y capacidad de argumentación a que piensan poseer los que ponen al mismo Dios por testigo de cuanto ellos mantienen, por vocación, por oficio o por “beneficio”, dado que “de todo -o casi todo- hay en la Viña del Señor”. Por supuesto que no es infrecuente la invocación del dogma, del bien de la Iglesia y de la legitimidad, por su legalidad, a la luz de Concordatos y de privilegios, aun cuando tiempos y circunstancias sean otras, distantes y distintas.

La generalizada inmatriculación registrada por la Iglesia en los tiempos recientes, si se quiere con la mejor voluntad de adoración a Dios y al servicio del pueblo, padece serios defectos y reclama revisión y justicia, pronta y segura. No en la misma proporción y disponibilidad parecen hallarse y estar dispuestos hoy a actuar los representantes, si son o no democráticos. Estos, los democráticamente avalados por la emisión de los votos, y a la sombra de la Constitución, son “voces” más sonoras y estimables que las impuestas por el ”¡ordeno y mando!”, por jerárquico que sea, crea ser o haber sido.

Si hasta tiempos relativamente recientes, al pueblo-pueblo lo identificaba el sonido de las campanas-“ la voz de Dio”-, es decir, del párroco- , en los actuales, y más entre los jóvenes -ellos y ellas- , la voz de ese pueblo apenas si es la del señor alcalde y sus concejales/ as, y de todo el ayuntamiento, compuesto por la diversidad de partidos políticos, con el listado, fiable o no tanto, de sus respectivas promesas expuestas con toda clase de rimbombantes y hueras palabras, al dictado de los expertos técnicos en no decir nunca nada, o no sobrepasar en demasía la línea de las tonterías mitineras.

Con referencias concretas para Getafe y su catedral, hemos de reseñar que el tema está en vías de solución, dado que todos los partidos , del signo “religioso” que sean, han acordado someter a votación si el edificio catedralicio y otros determinados bienes eclesiásticos, sean o no propiedad “legalizada” de la Iglesia- Iglesia o del Ayuntamiento- municipio .

Y esta es la noticia y en gran parte la justificación de nuestra visita a la catedral de Getafe , sin dejar de lamentar que en otros lugares, como Córdoba y su catedral -mezquita -o mezquita- catedral- se encuentre tan lejana o no aparezca siquiera todavía por los escabrosos caminos de la convivencia cívica y por encima de todo, al servicio de la colectividad, desde presupuestos auténticamente provechosos para el pueblo- pueblo, que no para sus jefes , con bastones de mando, o con báculos y mitras.

La iglesia- catedral de Getafe será patrimonio público, le `pertenecerá al pueblo, al igual que en tantos otros casos similares decidió el Tribunal de la Unión Europea ,tal y como acontece en países limítrofes al nuestro como Portugal y Francia. La “autocertificación eclesiástica” como sistema de inmatriculación para tantos bienes, no parece estar en consonancia, ni con las leyes, ni el espíritu, ni la voluntad de contribuyentes y votantes. ¿Quién es el primero en los pueblos y quién es su representante, el párroco o el alcalde? Los tiempos no tienen por qué seguir siendo los mismos y más en casos similares a estos. Y más en los que las ayudas notables para la renovación, conservación y arreglo de tales edificios, son siempre las fuentes de la Hacienda Pública en cualquiera de sus modalidades y versiones políticas o administrativas, estatales, autonómicas o municipales.

Plano proyecto

Viaje a la etimología

Dejando aparte los vestigios prehistóricos del paleolítico inferior encontrados en La Torrecilla, en los alrededores en los que se ubica hoy la población getafeña, me limito a historiar que en su etimología árabe el concepto de “Xeta”, entraña mucho de “algo largo”, con nítidas referencias a lo de “principal -“Camino Real”- del de Madrid a Toledo y a Aranjuez. Tener en cuenta que una ciudad fue y es “caminada“ por muchos y muchas veces, es un “plus” que la define a ella y a sus habitantes a perpetuidad, así como a sus costumbres, edificios, actividades y, como en nuestro caso, aún a su catedral, que lo es desde el año 1991, cuando fue desgajada de la diócesis entonces denominada de Madrid-Alcalá. Carretas, Reloj, Beso, y Jardines, intitulan otras calles en las que se avecindan sus habitantes, procedentes de otras Comunidades Autónomas del resto de España, allí asentados y bien recibidos por los primigenios pobladores agrícola-ganaderos de la aldea de Alarnes, a la sombra religiosa de Santa Magdalena y su ermita.

De su historia destacan las relativas a 1085 que cue cuando Alfonso VI reconquistó estas tierras, y las del 1492 que sufrió terrible peste y hambruna, que la asolaron hasta sus cimientos. El año 1988 es fecha que pasará felizmente a la historia getafense por ser el de la fundación de su Universidad Carlos III

Por diversidad de razones y motivos, Getafe fue argumento literario para Lope de Vega en su “Villana de Getafe” y Tirso de Molina, además de frecuentes citas literarias de firmas eminentes como Quiñones de Benavente, Hurtado de Mendoza y Ricardo de la Vega.

Bóveda vaída de la capilla de la torre nueva

…Y de la Catedral

De la mano experta y fiel, el singular viajero del siglo XIX, Antonio Ponz, “Académico de la de Bellas Artes de San Fernando”, en su libro “Viaje por España”, sigue ofreciéndonos esta síntesis turística de Getafe:


“ La iglesia de Getafe es magnífica y grande. Está formada por tres naves cuyas bóvedas sostienen grandes columnas, aisladas del cuerpo de la iglesia, y otras anichadas en sus paredes. Lo más célebre de este templo es el Altar Mayor, que consta de cuatro volúmenes con columnas enteras y con el estilo dórico, jónico, y corintio, y compuesto. Las pinturas que hay en este altar son todas muy bellas, del Racionero Alonso Cano: representan asuntos de Santa María Magdalena, titular de la iglesia, y los principales son cuatro cuadros grandes, sin contar otros más pequeños. El Tabernáculo forma un templete muy gracioso de dos cuerpos adornados de columnas. Las pinturas de los altares colaterales dedicadas al Niño Dios y a Nuestra Señora de la Paz, son asimismo bellísimas y del expresado Cano. La escultura del Altar Mayor entre las que figuran los Santos Apóstoles y la Crucifixión no son de tanto mérito; pero son pésimos los altares modernos que hay a uno y otro lado de la iglesia , y debían quitarse para que no afeasen lo demás… Merecen muchos elogios los getafenses por haber desecho el coro…”

El proyecto de la entonces iglesia parroquial de Santa María Magdalena fue obra de Alonso de Covarrubias, con el beneplácito del entonces Arzobispo de Toledo, Primado de las Españas, el cardenal Martínez de Siliceo, y la dirección de Juan Francés, con intervención directa del “Maestro Juan Gómez de Mora”. Iniciadas las obras en 1549, no se inauguró el templo hasta 1639. Su excepcional portada es del siglo XVIII. La espigada torre de aspecto mudéjar, y su chapitel, son del XVII.

Cerca de la hoy catedral está el ”hospitalillo de san José”, del siglo XVI, con maravilloso patio castellano , a la sombra acogedora del templo, en una localidad como esta, poblada ya entonces de ventas, posadas, y postas.

Geta+fe es Getafe, capital y cabeza de diócesis, además por haberla acercado al cielo su condición de “Cuna de la Aviación Española”, título que saluda al viajero por cualquiera de sus accesos, remontándose tal historia a los años primeros del siglo XX cuando Jules Vedrines aterrizó como pudo en la Dehesa de santa Quiteria, y desde entonces apadrinó unas cuantas cuadrillas de amantes del aire, profesionales o no.

También es y está Getafe cerca del cielo, porque su Patrona es Nuestra Señora de los Ángeles, con santuario erigido en el Cerro de los Ángeles, atalaya natural de 665 metros de altura y que bien pudo ser, y es, considerada como el punto central -eje- de la Península Ibérica, - la “Hispania Romana”- . Tal eje o punto geográfico, lo colocan los más en el pueblo de Pinto o “Punctum”. El cerro getafeño lo coronó la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, , obra del escultor Aniceto Marinas y del arquitecto Carlos Maura, y ante ella, el día 30 de mayo de 1919, en presencia del rey Alfonso XIII España fue consagrada al Corazón de Jesús.

Y es que la geografía, también la eclesiástica, es importante lo mismo para los obispos que para sus diocesanos y sus visitantes, tanto si son peregrinos, como simple y llanamente turistas. La geografía, al igual que la historia, son parte de la teología. No pocos de los principales capítulos de esta ciencia sagrada están escritos, descritos y adoctrinados por algunas de estas tres disciplinas y, en ocasiones, e inseparablemente, por las tres juntas.

Cundirá el ejemplo, y bien pronto el problema de la inmatriculación de multitud de “lugares sagrados”, con inclusión de catedrales, pasará a engrosar el nutrido archivo de privilegios, concordados o no, que envanecieron a no pocos estamentos clericales, sin favorecer al pueblo-pueblo, su destinatario por imperativo de los santos evangelios y además y de verdad “en el nombre de Dios”.

Detalle puerta principal

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