Jesús nace hijo de riders

José y María han llegado a la ciudad. Llevaban meses encerrados en un centro de Canarias. Estancia que se ha alargado debido a la incapacidad e inhumanidad de los partidos políticos y sus continuas rencillas.

Encontrar vivienda en la ciudad es imposible, y aún más difícil para migrantes sin papeles. Sin lugar donde vivir y sin trabajo, han terminado viviendo y durmiendo, en un parque. Sus estudios y formación universitarios no les han servido de mucho. No les han dejado empadronarse porque muchos ayuntamientos ponen enormes dificultades para este proceso. No tienen papeles, pero quieren trabajar. Y María está embarazada.

Les han ofrecido ser riders y han dicho que sí. Están dispuestos a todo para poder vivir dignamente y es una de las pocas salidas que tienen. Como no tienen papeles, tienen que trabajar con licencia de otro rider. María ha encontrado una que le ha cedido la licencia gratis, pero José tiene que pagar un porcentaje de todo lo que gana.

Les han dejado una bicicleta y han comprado otra muy barata en Wallapop. Y también han comprado el equipo porque la empresa ni siquiera les da la mochila. No son bicicletas eléctricas y, por tanto, están en desventaja con respecto a los demás. Hacen un montón de servicios, porque para conseguir un salario mínimo hay que trabajar muchas horas y tener suerte. Algunas propinas esporádicas les permiten tener algún ingreso extra y sobrevivir.

Se acerca el día del nacimiento, pero ambos siguen trabajando. María hace menos servicios porque todo le cuesta mucho más. José lo compensa trabajando más horas.

A medianoche, María se ha puesto de parto. Han llamado a una ambulancia, pero como el parque donde duermen está cerrado, los servicios médicos no pueden llegar. Ha parido con la ayuda de quienes allí duermen. Todas las personas se han activado y, durante la noche, les han acompañado, ofrecido y ayudado todo lo que podían

A medianoche, María se ha puesto de parto. Han llamado a una ambulancia, pero como el parque donde duermen está cerrado, los servicios médicos no pueden llegar. Ha parido con la ayuda de quienes allí duermen. Todas las personas se han activado y, durante la noche, les han acompañado, ofrecido y ayudado todo lo que podían.

Por la mañana, cuando han abierto el parque, los han llevado a un hospital y después de un reconocimiento médico, les han dado el alta a los dos, madre e hijo.

La noticia se ha extendido entre los repartidores, por la ciudad y a través de radios y periódicos. Ambos, José y María, son muy queridos y sus colegas han conseguido encontrar una habitación para que se instalen durante unos meses. Gracias a las noticias, mucha gente ha conocido mejor el trabajo de los riders y ahora, sabiendo las condiciones en las que trabajan, la mayoría de clientes los tratan mejor. Al ver el eco de la noticia, el Gobierno se ha visto obligado a no dificultar tanto el empadronamiento.

Finalmente, el 6 de enero les han dejado empadronarse. Y también el día 6, el Parlamento ha aprobado una enmienda a la ley de extranjería que agiliza la regularización de personas sin papeles para que puedan trabajar y tener una vida digna. Coincidiendo con ello, las empresas de riders han dado un primer paso y han decidido dotar a todos del equipamiento mínimo para trabajar.

Al niño le han puesto de nombre, Jesús.

Desde Belén, para TV Belén, Laia Bonet