Aunque empecemos a perder la referencia de que la Navidad se prepara o tiene sentido a través del Adviento nos convendría no dejarnos arrastrar por lo puramente material. No es malo ni es pecado -como algunos pretenden señalar- el consumir en la justa medida, esto hace que la economía se pueda mover generando riqueza. Una riqueza que tiene en una buena parte lo que se pude denominar riqueza social. Sí, la economía, trae riqueza y ésta se transforma positivamente en soluciones sociales, educativas, sanitarias, culturales, esto, per se, es pertinente y conveniente.

El mundo cambia y la Iglesia Católica ya no tiene el monopolio de controlar los tiempos de la Navidad. Tiene la misión de ofrecer y de proponer; pero no la de organizarnos la Navidad.

Para ganarse la adhesión a la Navidad tampoco precisamos de lo que nos señalen los señores que se consideran dueños del patrimonio navideño.

La adhesión a la navidad es un derecho que nos hemos ganado las personas que, con nuestra vida y nuestro compromiso, poco a poco hemos ido construyendo el portal de Belén, con el que nos sentimos identificados y solidarios.

La Navidad no se agota en las celebraciones litúrgicas, éstas, para los que creen y son católicos, son puntales de referencia en el proceso de crecimiento de su fe.

La Navidad es mucho más expansiva que los actos religiosos y, además, más permanente. La permanencia la articulamos las personas que queremos que las sociedades y sus instituciones cambien para lograr por medio del cambio espacios de convivencia y de paz. Aquí, también estaría la Iglesia Católica.

Yo siempre he vivido con el empeño de ayudar a construir estos espacios, porque he creído que a través de la Iglesia Católica se podrían desarrollar proyectos que sirvieran al bien común. Creo que no me he equivocado porque existen, sobre todo en África, personas empeñadas en que Jesús de Nazaret nazca cada día a través de los proyectos sociales, educativos y sanitarios que realizan. Lo sabemos, pero nos olvidamos con facilidad del empeño que ponen religiosos, religiosas y laicos en que el pesebre de Belén también se pueda hallar en países que precisan de una gran ayuda en estas materias.

La covid está marcando una gran diferencia entre quienes tienen más potencial económico y quienes, por diversas circunstancias, no tienen las estructuras democráticas y económicas suficientes para poder abastecerse de las vacunas necesarias.

Existe una brecha, hablando de África, entre los países que configuran este continente y los que pertenecemos a economías solventes y avanzadas.

Llevamos años trabajando en programas de cooperación económica, social, sanitaria, educativa, política; pero lo logros son mínimos y casi insignificantes ¿qué nos pasa?

Existe, de todas a todas, un problema estructural dado que no se dan los suficientes avances en el objetivo de asentar democracias creíbles. La falta de una gobernanza basada en la roca firme de la democracia hace que todos los esfuerzos queden reducidos a la mínima expresión.

El tiempo se pasa realizando reuniones en donde el diálogo que se pueda dar está viciado desde el principio. Se guardan las formas, se dice lo que se quiere decir y, al final, no se concluye nada que haga que la democracia en estos países pueda tener un verdadero punto de apoyo.

Todo esto genera una deficiencia de los servicios que deberían de dar vida a los habitantes de estos países, educación, sanidad, trabajo, infraestructuras, digitalización, etc. Como no logramos avanzar, lo que hacemos en invitarles a que se pongan en las manos de las mafias y terminen sus días en países de acogida en donde tendrán un largo proceso hasta que puedan entender que en éstos existen normas y leyes que hay que cumplir; comienza un proceso de adaptación y de intercambio cultural; para lo cual es necesaria una gran preparación.

Construimos grandes agendas con marcados objetivos en distintas áreas; pero, lo cierto es que nos quedamos cortos, y el problema suele estar en el origen de los países de donde la población está deseando salir, países anclados en la pobreza por la propia, valga la redundancia, pobreza de sus sistemas de gobierno. Pero claro, de esto último es mejor no hablar, hay que dejar pasar el tiempo y ya veremos lo que éste nos deparará.

Sí, es cierto, avanza la navidad. Pero la navidad ya no queda circunscrita a los actos religiosos. La navidad queda abierta a todos los amaneceres del año, porque cada día llegan a nuestro portal de Belén personas que vienen huyendo de países, tanto de América Latina como de África, en donde se sienten maltratados y humillados. En donde no pueden construir un futuro digno y se ven abocados a huir, convirtiéndose en portadores de una globalización cultural y social a la que no se puede renunciar. Mientras no logremos solucionar los problemas existentes en los países de origen será muy complicado lograr la correspondiente armonía en los procesos de inmigración. Ahí, es precisamente en estos lugares, en donde es necesario trabajar.

Todos sufrimos por las circunstancias que se dan derivadas de lo anterior y a todos nos toca el alma.

Todos tenemos nuestro punto de dolor que hace que el avance de la navidad, no se ciña a las fechas típicas, sino que en nuestro corazón la navidad sea un espacio de esperanza en donde los que se empeñan en construir dolor y engaño, existan personas que podamos aportar verdad.

Les relataba la semana pasada el inmenso dolor que me produce el que personas que se consideran dueñas de la Fe intenten desprestigiar un trabajo bien hecho y profesionalmente realizado. Como la verdad es la verdad quisiera compartir con Vds. el informe que realizó el Director Gerente de la Fundación FUSARA, sobre el mismo, el Patronato de la Fundación unánimemente tomó la decisión de la trasformación patrimonial de estos bienes dotacionales, contado con el visto bueno del Protectorado de Fundaciones y el Registro de Fundaciones, también tuvo en cuenta la valoración de otros informes sobre la situación estructural de los pisos y sobre la rentabilidad real de los alquileres de los pisos, que como muy bien se recoge en los estatutos de la Fundación son alquileres para pagar la obra social de la Fundación y no son pisos sociales, tema que han confundido algunos inquilinos.

Ruego pichen el siguiente enlace para que puedan leer la verdad y no lo que se va contando con el objetivo de desvirtuar el conjunto de puntos que ayudaron a tomar la decisión más pertinente (enlace del informe). El Patronato tomó con informes serios y solventes realizados profesionalmente, y con el informe del director Gerente, ya que, como profesional, conocía la situación de la Fundación a la perfección por llevar varios años en este cargo, una decisión unánime para mejorar el patrimonio de la Fundación.

Efectivamente, la navidad avanza, pero la Navidad ya no es una navidad que se celebra exclusivamente en este tiempo. Vamos hacia la tercera semana de Adviento.

Adviento
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