David López Royo ¿Qué nos queda?

David López Royo
David López Royo

El Tejido Empresarial está dispuesto a trabajar de manera conjunta, y lo hace proponiendo proyectos innovadores que afiancen un sistema productivo basado en la innovación tecnológica, así como en nuevos nichos de negocio que busquen dar respuesta a las necesidades que la población pueda ir generando que, ciertamente, se van despegando de las demandas que hasta la fecha se originaban

Hace unos meses se celebraba un gran evento empresarial organizado por la CEOE. Los más altos ejecutivos de las empresas más importantes del país pasaron por el mismo para proponer al Gobierno proyectos y alternativas empresariales que afianzaran un aire de positividad en una economía maltrecha por la crisis inesperada surgida a raíz de la Covid.

Estos acontecimientos, no hay que tener ninguna duda, pueden ayudar a establecer un camino que fructifique en generar riqueza social. Son la semilla que podrá dar fruto, si la cuidamos, evitando que las hierbas nocivas ahoguen el fruto que pueda emerger.

El Tejido Empresarial está dispuesto a trabajar de manera conjunta, y lo hace proponiendo proyectos innovadores que afiancen un sistema productivo basado en la innovación tecnológica, así como en nuevos nichos de negocio que busquen dar respuesta a las necesidades que la población pueda ir generando que, ciertamente, se van despegando de las demandas que hasta la fecha se originaban. Pero mientras esto llega y se afianzan estos espacios, hay que seguir apoyando nuestra realidad productiva. Realidad que se manifiesta en el sector servicios principalmente vinculados al turismo. Así tenemos que la hostelería y la restauración, el transporte, las agencias de viaje, los hoteles, las inmobiliarias y las tiendas juegan un papel muy importante, en donde se produce una buena parte de la generación del producto interior bruto de nuestro país. Este nicho es motor de otros espacios productivos.

Surge una pregunta ¿qué nos queda? Hay que ser positivos. Nos queda la capacidad emprendedora del tejido empresarial de grandes empresas, de miles de pequeños empresarios y de autónomos dispuestos a no dejarse abatir por las circunstancias. Nos queda la posibilidad de unos políticos que apuesten, sin miedo, por trabajar conjuntamente con todo emprendedor. Desde esta perspectiva no caben unos responsables políticos que solamente piensen en poner trabas impositivas a quienes buscan emprender y activar la economía. Más y más cargas fiscales que después no son administradas con rigor.

Lo que nos queda tiene que estar en sintonía con el compromiso de ayudar a activar un sistema productivo basado en la generación de la riqueza social. Si hacemos esto podríamos ser una economía puntera y de referencia.

La riqueza social basada en el espíritu del libre mercado, pero con una fuerte vocación social puede hacer posible que el Estado del Bienestar no se destruya, al mismo tiempo que nos ayudara a desactivar los extremos y populismos políticos.

Un ejemplo de generación de riqueza social basado en el desarrollo de un plan conjunto podría ser dar respuesta a la población existente en nuestro país y que precisará de una atención sociosanitaria.

Normalmente, hasta la fecha, la dedicación económica por parte de las Administraciones Públicas para atender al colectivo de personas en situación de dependencia se considera un gasto y no una inversión.

Si fijáramos el objetivo en que se trata de una inversión se podría establecer un proyecto conjunto de actuación entre las Administraciones Públicas, el Tejido Empresarial y el Tercer Sector.

Este proyecto conjunto implicaría la puesta en marcha de un modelo de intervención sociosanitario con inversiones conjuntas entre las Administraciones Públicas, el Tejido Empresarial y el Tercer Sector. La figura jurídica tendría que ser el Consorcio.

El modelo no es un edificio ni una estructura edificable. El Modelo es la reordenación y optimación de los Recursos Existentes. Sí, se aprovecharán estructuras existentes, tales como Hogares del Pensionista, Residencias de Mayores, Residencias/Centros de Crónicos, Residencias para personas con problemas de salud mental, Residencias/Centros/Dispositivos para personas con discapacidad,los Centros de Día, Ayuda a Domicilio, Teleasistencia, Centros de Salud, Centros Especiales de Empleo, Centros Ocupacionales, Empresas de Reinserción Laboral, Centros de Rehabilitación y cualquier otro recurso que tuviera que ver con la Dependencia.

El Modelo de Atención Sociosanitario es un espacio para la integración, un lugar para el desarrollo social-sociosanitario y un centro de investigación y formación.

Lo anterior comporta realizar una nueva estructura de los recursos y una reorganización de los servicios.

Es evidente y constatable que el perfil de la población española está cambiado. Vivimos más años y la demanda está dirigida mucho más hacia una atención a la dependencia que hacia una atención aguda-sanitaria. El concepto de atención sanitaria está cambiando, es muy importante la prevención y la atención a la cronicidad, ésta está en relación con la dependencia.

Un proyecto de estas características podría responder perfectamente a uno de los proyectos innovadores para ser financiado por los fondos de la Unión Europea.

Lo que nos queda es la posibilidad de transformar nuestro actual modelo por un modelo innovador , en donde las Administraciones Públicas, el Tejido Empresarial y el Tercer Sector son socios y establecen consorcios sociosanitarios. Esto creará riqueza social porque parte de los beneficios serán integrados en proyectos sociales al mismo tiempo que se dará servicio a una población que precisa una atención más especializada.

Precisamos de altura de miras y de una voluntad clara por parte de los responsables políticos de abandonar el clientelismo que se origina con todo lo que tiene que ver con la sanidad y la atención social.

La sociedad solamente puede avanzar si se establece el marco apropiado para trabajar de manera conjunta.

Es curioso que a los políticos en general y a los que tienen responsabilidad de Gobierno poco se les oye hablar sobre cómo establecer respuestas adecuadas a los tiempos para atender a la población dependiente. La Covid, con la muerte que se originó en muchas Residencias de Mayores, empezó a cuestionar el actual sistema; pero poco se ha avanzado en cuanto a buscar modelos de intervención que puedan responder mejor a las necesidades de la población mayor y de los dependientes existentes.

Dado que estamos en campaña electoral, en la Comunidad de Madrid, habría que pedirle a quien ostente el cargo de Presidente o Presidenta que diseñara y aplicara un nuevo modelo de atención sociosanitaria; pero para ello sería preciso aprobar una nueva ley, mejor dicho una ley de atención sociosanitaria. Si la Comunidad de Madrid lo hace podría motivar a otras Comunidades Autónomas a seguir el camino.

Ya he señalado que las elecciones del próximo 4 de mayo tienen clave nacional. Estos últimos días de campaña podrían servir para que las diferentes fuerzas políticas nos explicarán qué modelo de atención sociosanitaria les gustaría proponer.

¿Qué nos queda? tener confianza en que, más pronto que tarde, tendremos un modelo de atención sociosanitaria con socios tan solventes como las Administraciones Públicas, el Tejido Empresarial y el Tercer Sector. Un modelo innovador que sabrá unir la voluntad de los emprendedores que buscan el fomentar un marco económico que genere riqueza social ¿Qué Comunidad Autónoma está dispuesta a empezar?

Todo esto sería el ejemplo práctico de que los dos eventos referenciados han sido capaces de comenzar a transformar la economía en un tema muy concreto: la atención sociosantaria. Por favor, dejemos de hablar y de decir que en este campo no es posible la interacción constructiva entre las Administraciones Públicas, el Tejido Empresarial y el Tercer Sector. Hay políticos que solamente piensan en sí mismos y creen que su visión política es la única que debe imperar. Busquemos la realización de Consorcios con la participación dinámica de las personas emprendedoras.

¿Qué nos queda? un cambio de 360º en muchos temas y, sobre todo, superar el clientelismo político. Es la enfermedad que puede terminar con el Estado del Bienestar.

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