A propósito de la minería La neutralidad que le piden al obispo de Jericó

Monseñor Noel Antonio Londoño
Monseñor Noel Antonio Londoño

El obispo, Noel Antonio Londoño, está entre los que presentan objeciones al proyecto y con él sus colegas de Antioquia y Chocó que juntos han escrito una carta pastoral sobre la minería, en la línea de la Laudato si de Francisco.  Monseñor Noel, se ha propuesto luchar por la “dignidad del futuro”, y ha dejado bien clara su opinión sobre este asunto, uniéndose a los que dicen que “minería sí, pero no así ni aquí”; él no duda al afirmar que “sin lo ambiental cualquier progreso es contra el ser humano”.

Es pues un pastor que ha comprendido que cuidar su gente es cuidar el territorio.  Y esto le ha traído problemas y ya se escuchan voces que afirman que siendo el obispo debe permanecer neutral y que no le queda bien optar por una de las partes y que si algo opina pues que se lo guarde.

Es ese llamado de neutralidad que se la hace al obispo lo que me llama la atención.

Dios mismo, como aparece en la Biblia, toma partido y nunca es neutral.

En el cuidado por los pobres y lo pobre, Dios cuida todo lo demás y a todos los demás; ser creyente, más que cuestión de dogmas y ritos, es cuestión de cuidar.

La minería avanza en nuestro país, la legal y la ilegal, y parece que todo se va vendiendo al mejor postor.  El Dorado, ese sueño de los conquistadores y de los que se apoderaron de estas tierras y borraron paisaje, culturas y pueblos, sigue atrayendo a muchos a nuestra Colombia y ya pusieron la mira en el suroeste de Antioquia, en Jericó, Támesis y los pueblos vecinos.  Por un lado, la idea del progreso, de los tantos beneficios, la gallina de los huevos de oro, empieza a convencer a muchos y dan la bienvenida a AngloGold Ashanti, la multinacional surafricana que quiere explotar; por otro lado, otros muchos apuestan por el agua, la fauna, la vegetación, el medio ambiente, la tierra, y saben que no pueden comprometer su territorio y el futuro. Entre estos dos grupos hay muchos que reflexionan, que investigan, y que con buena intención ven razones en uno y otro lado.

El obispo, Noel Antonio Londoño, está entre los que presentan objeciones al proyecto y con él sus colegas de Antioquia y Chocó que juntos han escrito una carta pastoral sobre la minería, en la línea de la Laudato si de Francisco.  Monseñor Noel, se ha propuesto luchar por la “dignidad del futuro”, y ha dejado bien clara su opinión sobre este asunto, uniéndose a los que dicen que “minería sí, pero no así ni aquí”; él no duda al afirmar que “sin lo ambiental cualquier progreso es contra el ser humano”.  Es pues un pastor que ha comprendido que cuidar su gente es cuidar el territorio.  Y esto le ha traído problemas y ya se escuchan voces que afirman que siendo el obispo debe permanecer neutral y que no le queda bien optar por una de las partes y que si algo opina pues que se lo guarde.

El obispo de Jericó
El obispo de Jericó

Es ese llamado de neutralidad que se la hace al obispo lo que me llama la atención.  Muchas veces se dice que las iglesias y sus pastores tienen que permanecer al margen de las discusiones y si mucho hacer el papel de “buenos para todos”. 

Y creo que por ahí no va la cosa y es porque Dios mismo, como aparece en la Biblia, toma partido y nunca es neutral.  En Egipto Dios se puso de parte de una minoría esclavizada y no de parte del Faraón y de las mayorías que traficaban con seres humanos.  Y después, cuando Dios se decidió a ser uno de tantos, Jesús de Nazaret, claramente, esto se constata en los evangelios, se hizo al lado de los excluidos, enfermos, pecadores.  Ni el faraón de Egipto ni los que mandaban en Palestina, el procurador Pilatos, el rey Herodes, el sacerdote Caifás, estaban contentos.   Dios, se ve en toda la historia de salvación, no es parcial, su posición es bien clara y la expresó Jesús, Dios con nosotros, en muchas ocasiones: “El Espíritu del Señor está sobre mí para dar la buena nueva a los pobres”, “no he venido por los sanos sino por los enfermos”.

Si Dios es así, los creyentes, y más si son líderes, tienen que tomar partido y decidirse por las opciones de Dios.  Y la gran pobre hoy es la tierra amenazada y que puede quedarse sin vida, todos los días hay más empobrecidos, mueren especies, se extingue el bosque, avanzan los desiertos, se multiplican los desastres naturales, amenazan las pandemias. Creer en Dios exige cuidar lo que Dios ha cuidado siempre, Dios no cuida poderes de ningún tipo, ni siquiera los religiosos, Dios cuida lo que no tiene poder, al que no tiene poder, al pobre, lo pobre.  Y no es que lo otro no le interesa a Dios ni a los que creen en él, por el contrario, todo lo otro, se potenciará si está al servicio de la vida, de los vulnerables, de las víctimas.  En el cuidado por los pobres y lo pobre, Dios cuida todo lo demás y a todos los demás; ser creyente, más que cuestión de dogmas y ritos, es cuestión de cuidar.  Cuidar, no dominar, como habíamos entendido leyendo la Biblia a la luz de la prepotencia que nos separaba de todo lo demás y no con humildad de creaturas junto a todas las otras.

Así que, gracias obispo de Jericó por tomar posición, por cuidar la tierra para que no se empobrezca más y pueda seguir siendo casa para todos.  Gracias por no ser neutral. 

Notas: todavía hay diócesis, parroquias, instituciones eclesiales, en Colombia y aquí mismo en Antioquia, que buscan financiación a sus proyectos y misiones en las compañías mineras.  El hecho de que una compañía sea legal no significa que sea ética.  En este asunto necesitamos un buen discernimiento.

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