El Vicariato Apostólico de San José del Amazonas dona sus propios terrenos a los moradores de Aucayo Justicia es recibir lo que es tuyo

Acto de entrega de los terrenos del Aucayo al pueblo
Acto de entrega de los terrenos del Aucayo al pueblo Leonardo Vargas Lara

Desde 1953 el Vicariato era el dueño legal de todo el pueblo. Tras una bonita historia de liberación, generosidad y desarrollo, finalmente cada familia tandrá el título de propiedad de su propia casa, la que habita hace decenios.

Era imprescindible también para facilitar la inversión estatal en servicios, que se había visto frenada todo este tiempo y durante años sustituida por la acción de la Iglesia.

Lo cuenta el p. Ángel Almansa, misionero del IEME y párroco de Aucayo.

El día 25 de mayo de 2024 pasó a la historia de Aucayo como el día en que los moradores de este centro poblado recibieron la donación de las tierras que hace décadas ocupaban por parte de su legítimo dueño, el Vicariato Apostólico de San José del Amazonas.

Con la firma ante notario de Mons. José Javier Travieso, obispo del Vicariato de San José del Amazonas, y la del Prof. Saúl Isuiza, alcalde de Aucayo, se culminaba un largo proceso histórico que se remonta al año 1953, cuando el P. Severino Deshaies, misionero franciscano de Canadá, fue enviado por sus superiores a ejercer su ministerio sacerdotal a Aucayo.

Según nos contó, en la celebración de dicho día, el Prof. Francisco García, cuando el Padre llegó allá encontró una gran hacienda propiedad de Leopoldo Vela y su esposa Dolores Sifuentes, donde se cultivaba caña de azúcar y se elaboraba aguardiente, utilizando a los moradores como jornaleros a cambio de comida, aguardiente o pago del alquiler de la tierra que ocupaban sus casitas en la hacienda. La explotación a la que estaba sometida esta población y el alcoholismo que iba apoderándose de ella llevó al P. Severino a comprar dicha hacienda con el fin de mejorar las condiciones de vida de las familias de este centro poblado. Para él, evangelización y promoción integral del pueblo siempre fueron dos realidades inseparables.

El alcalde Saúl Isuliza y el obispo José Javier Travieso

La compra de la hacienda vino acompañada de la supresión del pago del alquiler del terreno de sus casas, el reparto de tierras para el cultivo propio, el desarrollo de la educación y de la atención sanitaria; servicios que comenzó realizando el mismo P. Severino y que, más tarde, asumirían las hermanas Ursulinas de Canadá. “Llegó la salvación”, en palabras del prof. Francisco.

La entrega de la propiedad de dichas tierras se vio retrasada una y otra vez ante las dificultades de los moradores para organizarse y realizar el trabajo que dicho reparto exigía a nivel legal y para que nadie se apropiase de lo que no le correspondía. Finalmente, tras un largo proceso que llevó a la creación de una asociación de moradores, bajo el liderazgo del Prof. Saul Isuiza y el asesoramiento legal, facilitado gratuitamente por el Vicariato de San José del Amazonas a través del doctor Jorge Ortiz Pasco, se pudo llegar al mencionado día.

El Sr. Obispo subrayó en el acto de presentación del acta notarial ante toda la población de Aucayo que, cuando nos organizamos y nos unimos para alcanzar un bien común, Dios siempre camina a nuestro lado.

P. Ángel Almansa

Párroco de Aucayo

Asamblea del pueblo de Aucayo

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