Calidoscopio de dudas

En este instante España es un vitral cuyos colores se confunden, las fronteras entre los poderes se deshilachan y su futuro se dibuja como un calidoscopio de dudas. Para salir de este clima de cansancio, de ansiedad y de incertidumbre en que estamos rebozados, necesitamos lideres no gallos de pelea que se desplumen y que, al mismo tiempo que confunden al pueblo con promesas rancias y fabulas presuntuosas, desmentidas por la historia, se yuxtaponen, se solapan y se entremezclan para disfrutar de una sarta indecente de privilegios que ellos mismos se han otorgado. Las mentiras descaradas han roto la confianza, destrozado la esperanza y desatado la rabia hasta ahora sumisa. La rabia abrió la puerta a la osadía y al coraje que estallan en grito y alaridos. El grito y los alaridos se convierten en llanto y en terror que dan paso a la mirada desconfiada y al silencio turbador. Puede que a todos muevan los deseos pero para llevar a cabo la tarea es preciso saber claramente lo que queremos y adónde vamos, desprendernos un poco de nosotros mismos y tender la mano unos a otros.

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