Caos impresionista del mundo

El otoño va terminando de despojar a los árboles de sus bordados de oro y los deja como despojos de otros huertos, como columnas de silencio, como la interiorización de la noche que se avecina. Las tomateras, las pimenteras, los manzanos y los perales parecen cancelas desvencijadas de casas abandonadas que escriben sobre la tierra una humilde leyenda. Los caminos son “como labios amoratados de las murallas” (Colinas), como rompientes de olas de colores, como carías de una mano encendidas, como el caos impresionistas del mundo

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