Clarevidencia

Los campesinos saben que para vivir hay que arrancar los frutos de la tierra, para convivir hay que comprender y, muchas veces, ceder; que el pez no puede vivir fuera del agua, el lobo necesita del bosque, que el tiempo en dulce charla pasa veloz como un sueño amistoso, pero con dolor un minuto es eterno y que, desgraciadamente, nunca estamos a salvo de la ferocidad de un virus desgraciado. Todo lo demás las nubes, el cielo, la lluvia, los relámpagos, el volcán, Dios, el diablo, el paraíso, la visión beatífica, el infierno, que un grano de un ciento, que una patata de un cesto de patatas, es muy grande, confuso, peligroso y tal vez misterioso. La clarividencia ve lo que no sé puede mirar, oye lo que no se puede escuchar y que nunca llovió que no escampara por eso sabe que llegarán mejores tiempos y volveremos a encontrarnos, a abrazarnos y a celebrar fiestas y está segura que el tiempo no derrumba el hechizo que estrecha los lazos de la amistad

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