Confesión de allegados

“Lejos de casa sin lengua, sin amigos, sin trabajo y sin dinero, me entregué a uno, a otro y terminé siendo una puta. Esto duró hasta que serví. Después ni regalados querían mis servicios y pasé a vivir a expensas de una amiga hasta que los hombres tampoco quisieron servirse de ella. En este refugio de caridad, he vuelto a sentirme persona después de mucho tiempo. Nunca pensé que la vida de una persona pudiera acumular tantas desgracias ni fuera capaz.  A pesar de las lágrimas derramadas sigo siendo para muchos lo que antes fui: una escupidera de la sociedad”. Pd. 1) Hubo una vez un hombre cínico que, después de ser despedazado por un perro, seguía manteniendo que los perros no son reales sino solo una apariencia. 2) A pesar de que lo de allegados cada cual lo entiende a su manera, por ser fiel a D. Quijote: “mantenella y no enmendalla, siguen sosteniendo: “no hace falta ser un exégeta para entender lo que es un allegado”

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