El 9-n en Cataluña habrá urnas, se formarán colas pero nadie podrá depositar su voto porque las urnas estarán cerradas. Al día siguiente los medios de comunicación del mundo dirán: “El pueblo catalán quiso votar y el Gobierno Español no lo ha dejado”. Y lo más grave: podrían darse altercados y los posibles disturbios. La “violencia” de que habla Mas podría traducirse hasta en lesionados y heridos graves y hasta alguna muerte. Los independentistas considerarían mártires de la causa y el pueblo, una de las hipótesis de la Generalitat, podría, al menos, hacer un amago de levantamiento. El Gobierno podría, entonces, tener la tentación de quitar competencias a la Generalitat o simplemente suprimir la autonomía de Cataluña. Esto podría provocar un amago de revuelta. Está en una de las posibilidades que baraja la Generalitat. Esta es la deseada porlos indepndentistas y la temida por el resto