Domngo de Ramos

Antes de entrar a misa, nos felicitamos por el ramo que llevaba cada uno y luego los de cada casa fueron a recordar la ausencia de sus antepasados frente a su sepultura. A la salida de misa, quedamos conversando tranquilamente bajo el sol en el atrio.  Muchos hacía tiempo que no se veían por las dificultades que las normas de la pandemia imponen a los encuentros. A la vuelta, cada casa colgó o amarró sus ramos a la entrada de casa para protegerla de las tormentas, las pestes y defenderla de cualquier peligro. Los días de tormenta se quemará una hoja en el fuego para alejar los rayos y los truenos. Los restos del vejo  se quemaron ayer en la chimenea o se enterraron. Comida familiar con poca gente para cumplir las normas y, por la tarde, partida de cartas en la misma mesa de la cocina o en el patio al sol

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