El Espíritu Santo y el Papa

No veo razón alguna para que muchos católicos, sujetos de los mejores deseos y de las más buenas intenciones, estén preocupados por si León XIV está siguiendo o seguirá las directrices de Francisco. Los resultados de una investigación pueden confirmar los resultados de investigaciones anteriores, desmentirlos o dar conclusiones nuevas nada tienen  que ver con las anteriores sin desmentirles ni confirmarlas. Francisco, hombre con sólida formación teológica y científica, tratará, como trató Francisco, de convertir la humanidad en una comunidad fraternal. El actuar de León se parecerá o será continuidad del de Francisco, en la media en que el análisis que hacía Francisco de la realidad y el que hace León se parezca o sea el mismo. Puesto que no dudo de las intenciones ni de los deseos de arreglar el mundo de ninguno de los dos, y menos aún de hacerlo de acuerdo al Evangelio, las prioridades, las urgencias y la manera de proceder, dependerán de la personalidad y del análisis que haga cada uno del mundo y de cual crean que es el papel de la Iglesia en su mundo. No creo que el Espíritu Santa haya asistido más a Francisco que lo hace con León ni que asista más a León que haya asistido a Francisco.

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