Felicidades a todas las madres

Cuando empezaba a disfrutar del amor, dio por clausurado el carrusel de ilusiones de la juventud llena de emociones y sobresaltos de sensaciones múltiples cuando su hermano mayor, después de la muerte de sus padres, decidió que regresarían a España desde Cuba en donde habían nacido. Cuando llegó a España sirvió en una casa tres años. Desde entonces, su hermano se había muerto a los tres meses de llegar de Cuba, dejó de servir para hacer jornadas en las casas que la llamaban. Con poco lenguaje mantuvo una intensa relación con sus pedacitos de tierra, con las gallinas que dormían en el mismo cuarto que ella y con Ruperta, la burra, su compañera inseparable. Su vida transcurrió de desgracia en desgracia con instantes fugaces de felicidad. La música de fondo de Serafina es la memoria de los muertos, de los recuerdos que se conservan de los lugares en los que vivieron, de las cosas y de los momentos dichosos y amargos que compartieron. Serafina, enjuta, ordenada, tenía una fortaleza que le permitía sobreponerse a la soledad y a las tristezas que ha tenido que soportar. Una pequeña grande historia, que habla de las cosas cotidianas de la vida, perfecta para profundizar en la condición humana. La recuerdo siempre, especialmente tal día como hoy. Felicidades a todas las madres

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