Necesario pero no inmutable
Hablan los políticos de la reforma de la Constitución. Deberían empezar por suprimir instituciones y puestos que sólo sirven para retiro dorado de políticos eliminados de las listas, encartados por la justicia o que, en la actualidad no se les conoce ninguna función útil a la sociedad y en su currículo no hay más títulos que el haber servido al partido y haber levantado el dedo dese su puesto cuando lo ordenaba el jefe de filas. He oído a un político: “Reformar la Constitución es cosa fácil, lo difícil es mejorarla porque los Padres de la Constitución eran gente muy preparada que le dedicaron mucho tiempo”. Es casi imposible mejorarla a favor de los políticos. Los padres de la Constitución, sin pudor ni temblor, arrimaron la brasa a su sardina. Por ejemplo, los padres de la Constitución sabían mejor que nadie que el Senado es inútil por completo. Ahora tratan de justificarlo con lo del reparto territorial. Los filósofos escolásticos se equivocaron cuando dijeron que la multiplicación de los ententes sin necesidad era un idiotez porque no tuvieron en cuenta la futura situación española en la que las instituciones innecesarias cumplen la función de cementerios de elefantes. El político de marras me dijo: “Si fueras político no hablarías así”. No sé como hablaría si fuera político. Sé como hablo aquí y ahora. Los dirigentes y una norma que regule la convivencia de los ciudadanos son necesarios en una sociedad compleja como la nuestra pero los actuales no son inmutables ni insustituibles. Todo es mejorable