Razones desconocidas

“El establecimiento de la libertad nos ha costado quince siglos de incesante y penoso trabajo; pero ya es un hecho, un hecho evidente". El pan que necesita la humanidad “se lo daremos en tu nombre. Nosotros sabemos mentir, hablaremos en nombre tuyo. Si no fuese por nosotros, ¿No se morirían de hambre?”, dice en Gran Inquisidor en “Los Hermanos Karamazov”. Este vacío, la nada, “la completa negación de la totalidad de lo ente. … La total ausencia de diferencias”, es lo que produce la angustia existencial (Heidegger, ¿Qué es la metafísica?). La mentira se convierte en el fundamento, no fundante, del orden del mundo. En este mundo en el que todo es igual y en el que el fin justifica los medios (El Príncipe de Maquiavelo), en un momento de crisis existencial como éste, el pueblo es víctima y lucha por defenderse, con argumentos imprecisos y cambiantes, de algo inconcreto y desconocido que crea un clima de inaccesibilidad e incertidumbre asfixiantes y se mueve sin saber de dónde, ni hacia donde ni por qué, por razones que desconoce.

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