¡Viva San Fermín!

Ahí viene una marea de cabezas que sube y baja y se diluye en una marejada humana.

Una marea de cuernos que sobrevuela una masa inmensa que se remueve rezongando

Un tumulto de náufragos emerge del mar y persigue cabezas vacías elevadas en palos secos.

Una comitiva de lanzas en ristre nadando sobre un tumulto que, sin moverse, corre sin parar

Un alijo de dioses que escapan pisoteando dioses con pies de barro caídos a sus pies boca abajo.

Parece un alto retablo de cuernos como caballos fugitivos, hidra vivaz, el encierro.

Un amasijo de condenados que, como reptiles, buscan agujeros para escapar del infierno

¿A qué se debe que en situación igual no haya muertos? Viva San Fermín

Pd.: Después de ver el encierro, así definían esta mañana los tertulianos lo que habían visto

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