A mi abuelo

Queridos abuelos:

¿Cómo estáis? Vosotros estáis preocupados y os preguntáis por qué no vamos a veros y nosotros estamos sufriendo por no poder ir a veros. Este virus nos tiene a vosotros confinados ahí y a nosotros en casa. Ni vosotros podéis venir ni nosotros podemos ir. Pero no os olvidamos. Todo lo contrario, aquí afuera seguramente nunca os hemos recordado tanto como estos días desde que no hemos podido ir a haceros una visita. Tanto lo que sufrís vosotros porque no vamos a veros como lo que sufrimos nosotros por no poder ir es fruto del amor, porque nos queréis y porque os queremos. Si no fuera así, ni vosotros nos echarías de menos ni nosotros nos acordaríamos de vosotros.

Os queremos por lo que habéis hecho, por las cosas de que os habéis privado por dárnoslas a nosotros. Y por aquello que decís vosotros: “No hay bien que por mal no venga”, este virus nos habrá desatado la lengua para poder deciros una serie de cosas que nunca os dijimos: os queremos, nos echamos de menos, nos hacéis falta, el mundo sin vosotros está vacío, gracias por todo lo que nos habéis dado, por lo que os habéis contado, por las broncas que nos echasteis cuando éramos niños y los consejos que nos disteis desde que somos mayores. Los niños preguntan: ¿Cómo estará el abuelo, ¿qué estará haciendo, se acordará de nosotros? Y dicen: si estuviera aquí el abueno nos contaría cuentos, nos contaría qué hacía cunando él era un niño como nosotros.

Os estáis preguntando qué hacemos. Los niños dibujan, juegan con estas máquinas que aún no existían cuando tue eras un niño ni siquiera cuando eras mozo, hacen deberes que los maestros les ponen por televisión, juegan al escondite debajo de las camas, detrás de las puertas, se meten en la bañera y en los armarios, detrás de la mampara de la lucha. La pequeñita se metió en el bidé. Dicen: si estuviera el abuelo le diría que me tapara con su mantita, que me dejara meterme detrás de él en el sofá. Los niños, al verme escribiros esta carta me preguntan: ¿A quién escribes? Al decirles que estoy escribiendo a los abuelos me dicen: Diles que los queremos, que la casa sin ellos está un poco vacía

Los mayores barremos, la casa está más limpia que nunca, hacemos la comida, jugamos a las cartas, al parchís, al domino. Hacía mucho tiempo que no leíamos tranquilamente un libro y ahora lo podemos hacer, hacemos sopa de letras y crucigramas, vemos un rato la televisión, damos vueltas alrededor de la mesa del comedor para no anquilosarnos. Los mayores que tienen un perro lo sacan a pasear. A las ocho salimos todos a aplaudir a las ventanas, os aplaudimos a vosotros, a los sanitarios que cuidan de los enfermos, a los que transportan la comida, a la policía, a los soldados y a la guardia civil que desinfectan, instalan hospitales y mantienen el orden, a los agricultores que siguen trabajando el campo para que os den las cosechas, a los granjeros que cuidan los animales para tener carne, a los voluntarios que ayudan a todos y visitan a los que están solos

Os acordáis cuando erais jóvenes y el trabajo, la distancia, el mal tiempo, no os dejaban ir a ver a la novia, al novio y esa distancia y esa ausencia no hacía más que aumentar las ganas de estar juntos, eso es lo que nos pasa ahora a vosotros y a nosotros. Este tiempo sin vernos no hace más que aumentar las ganas de veros. Os recordamos y os queremos

Vuestros nietos, vuestros hijos, vuestros amigos

Pd. Las escribió una nieta a su abuelo, en una residencia con virus. Mándala a  todos los abuelos , le dijeron. Envíensela a todas las personas solas

Volver arriba