¡Que cambie la Biblia!

Hace mucho tiempo, las personas y los animales se seguían los movimientos mutuamentevivían porque vivían al mismo nivel en el mismo espacio separados exclusivamente por un simple tabique. Un día, cuando las mujeres volvieron a casa después de estar lavando en el río, encontraron al niño en un charco de sangre. Solo cuando lo habían lavado, se dieron cuenta de que le faltaba un testículo. Se lo había comido un cerdo. Todo el pueblo se enteró de lo acontecido y desde entonces al niño le llamaron o Colludo. Con el paso del tiempo Colludo, o también O Señalado, fue un nombre más entre los nombres y su nombre de pila fue cayendo en desuso hasta que los vecinos lo olvidaron y también olvidaron por qué le llamaban Colludo o el Señalado. Cuando el niño tuvo la edad de ir al catecismo, el cura insistía cada domingo en el sermón: No se le puede llamar a nadie O Señalado porque así es como la Biblia llama a los israelitas. En la taberna de O Tío Franquias, los hombres recordaban lo que había dicho el cura y discurrían cómo podrían llamarle. Raposo dio la solución definitiva:

                - ¡Que cambie la Biblia! O Colludo seguirá siendo El Señalado

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