El charlatán

El abuelo me repetía muchas veces: “No des crédito a lo malo que dicen de ti ni te ensoberbezca lo que digan de bien. El maldiciente querrá derribarte y quien se deshaga en elogios inmerecidos hacia tu persona, algo pretende. Por precaución, presta más atención a las críticas que los elogios. Si tienes algo malo que decir a tu vecino, díselo en privado si estás convencido de que le va a servir de algo. Si oyes a alguien decir algo malo de ti, calla porque seguramente lo dice buscando bronca o para hacerte daño y quien eso pretende no va a entrar en razón. En situaciones conflictivas, quien calla no otorga, sino que guarda silencio. Solo guarda silencio aquel a quien asiste la razón. El que más habla es aquel que tiene necesidad de tapar la verdad”, le dije. “Exactamente. Ocurre con frecuencia a los políticos que cuanto más tratan de justificar sus errores más confusión crean y más se ponen en evidencia”, comenté él. Y nos fuimos

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