La víspera de la fiesta al atardecer, hoy, los niños salían a esperar a los músicos que iban manando uno a uno de detrás de la curva que lanza de súpito contra las primeras casa a todo el que llega a Loureses. Llegaban en burro con sus instrumentos relucientes anunciando el San Antonio de Loureses. Los niños los acompañaban y corrían detrás de las varas de los fuegos artificiales arrasando los sembrados como ahora las manadas de jabalíes. Los feriantes ya están desde la mañana espantando los pájaros de 20 kilómetros a la redonda y haciendo un exorcismo  calle arriba calle abajo anunciando sus atracciones. Después de la cena, la quema del folión, anunciando el final de todo y el comiendo de una nueva vida, que habían hecho los niños durante la cuarentena anterior. Ahora llega un enorme camión y nadie verá los músicos hasta que suba el telón y el público comente: “Es la chica de los carteles”. Tal vez mañana aparezcan algunos invitados. Esta noche estaremos solo los del invierno