Un hato de gente con derechos

“Un pueblo sin Dios adorará a las bestias” (J. B. M. Vianney) que, en traducción libérrima a la política, viene a decir: los pactos entre gente sin principios son papel mojado. Los causantes de los desmanes de estos días son responsables de desgarros y de heridas difíciles de curar. “Los políticos son un hato de gente con derechos con pocas obligaciones. La mayoría de ellos, metidos en política porque tiene miedo a vivir de un trabajo honrado y mal pagado como el común denominador de los mortales, ni siquiera cumple con esas pocas obligaciones”. Son “capaces de procesionar por convenio la Virgen en andas de ruedas”, hacen pactos podridos entre ellos y se dejan ver en los medios de comunicación estatales, su finca privada, para contarnos trolas. Algunos lo hacen tan bien que convierten sus vicios en virtudes y así atrapan a muchos en su urdimbre de mentiras, y la hinchada, como perros falderos, a pesar de saber que mienten sistematicamente, sigue celebrando con alborozo cada vez que se le dejan ver.

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