La decisión del ministro de turno de suprimir la parada de trenes rápidos de las 8 de la mañana en la estación de A Gudiña que permitía a los habitantes de buena parte de la provincia de Ourense ir y arreglar sus asuntos en la capital de España y volver en el mismo día lo que facilita la vida de los rurales, va contra la intención y los deseos de mucha gente de continuar o venir a vivir en el mundo rural. Al suprimirla, cualquier habitante de esta zona tiene que pernoctar en Madrid para poder solventar cualquier cosa en un Ministerio o con cualquier institución que solo atienda al ciudadano en horas de mañana. Por lo tanto, cualquier persona que, con frecuencia, tenga que desplazarse a Madrid, no podrá seguir viviendo por aquí o si tuviera la intención de venir a vivir aquí, desechará cualquier intento de hacerlo. El infierno está pavimentado de buenas intenciones