¿Qué ha pasado?

Apostado ala barra e un bar, alguien me confesaba hoy mismo: Muchos años después de la muerte de los abuelos he vuelto a Loureses. En los rincones del patio, las pilas de piedra, antaño abrevaderos de los caballos, están llenas de plantas; las cuadras son salones, y el granero un refugio de aves de noche y retiro de aperos de labranza. Salí a dar una vuelta por la aldea. Al pasar, los perros, acostados en medio de camino, no se mueven, los gatos huyen refunfuñando y nadie se asoma a las ventanas para ver quien pasa. Tejados hundidos, puertas derrumbadas. En los patios crecen arbustos y zarzas, los carros tienen telarañas en las ruedas, en los gallineros pare la raposa y en los nidos de las golondrinas se refugian ratones. ¿Qué ha pasado desde entonces?, me pregunto.

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